“Las consecuencias ambientales son alarmantes si no reaccionamos a tiempo para cuidar el planeta”

La Tierra no puede esperar, por eso en este día internacional los ciudadanos del mundo estamos obligados a reflexionar sobre el impacto del cambio climático, el cuidado del agua potable como recurso escaso y nuestros hábitos cotidianos para proteger el ambiente que habitamos.

El Día Internacional de la Madre Tierra instituido en 2009 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, no es una fecha más del calendario. Estamos siendo testigos de una emergencia ambiental nunca antes vista, transitamos de forma recurrente fenómenos meteorológicos extremos como sequías y olas de calor, mientras que las tormentas e inundaciones se multiplican en todo el mundo. No existe región que escape a tales consecuencias climáticas.

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La tierra no puede esperar, tenemos que entender que los ecosistemas son el sustento de todas las formas de vida. Las consecuencias ambientales son alarmantes si no reaccionamos a tiempo para cuidar el planeta. La fórmula del calentamiento global ya la hemos escuchado, pero hoy más que nunca la vivimos en carne propia: las emisiones gases de efecto invernadero generan un aumento de la temperatura de la tierra, los polos se derriten, crece el nivel de mar, el agua invade las zonas costeras provocando la erosión del terreno y amenazando los campos de cultivo y viviendas. También se produce la inundación de humedales y la contaminación de acuíferos, provocando la pérdida de hábitat de distintas especies; entre otras catástrofes naturales. ¿Les resulta conocido? El futuro ya llegó.

Si bien es cierto que los objetivos medioambientales se instalaron en las agendas de los gobiernos a nivel mundial, todavía hace falta un gran trabajo para transformarlos en políticas públicas concretas que tengan un verdadero impacto en nuestro ecosistema. También es cierto que algunas economías poseen mayores herramientas financieras para costear inversiones que otras, pero todos de alguna u otra manera, están obligados a perfilar sus presupuestos en base a esta problemática que nos acecha y no distingue bandería política.

A su vez, el ciudadano tiene injerencia en el cuidado del planeta, ya sea reduciendo los residuos domiciliarios, reciclando y reutilizando a través de técnicas de compostaje y huertas orgánicas; ahorrando energía en el hogar; incorporando en su dieta más verduras y menos carne para evitar la emisión de gases de efecto invernadero; desplazándose a pie, bicicleta o transporte público, y teniendo un consumo responsable del agua potable.

Respecto a esto último, la Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que se necesitan entre 50 y 100 litros de agua diarios para cubrir las necesidades básicas de higiene, tareas domésticas y cuidado de la salud. Sin embargo, en el área metropolitana de Buenos Aires a donde gran parte de la población cuenta con acceso al agua, el consumo per cápita es mucho mayor. Por eso, desde AySA llevamos adelante campañas de concientización con consejos cotidianos para evitar el derroche de este recurso escaso: no dejar canillas goteando, optimizar las cargas del lavarropas, reducir el tiempo de ducha, llenar la pileta por la noche y cuidarla para que dure, utilizar un solo balde para limpiar la vereda, entre otros.

Es interesante también reconocer el crecimiento de los movimientos de jóvenes activistas que toman en serio las consecuencias del calentamiento global, llevando las banderas de un cambio de hábito y exigiendo formas de producción de bajo impacto. Una vez más, los adultos debemos hacernos eco de su impulso y convicciones. La responsabilidad de cuidar la tierra es individual y colectiva.

En este año 2022 es importante que reflexionemos sobre nuestros hábitos cotidianos y cómo pasar a la acción para cuidar el lugar que habitamos y que todavía nos mantiene vivos.

Por Mayra Mariani – Directora de Relaciones Institucionales de AySA – Concejal por el Frente Todos y Presidenta de la Comisión de Medio Ambiente del HCD de Tigre.