“La Noche de Los Lapices”

Para conmemorar lo ocurrido aquella noche del 16 de septiembre de 1976, en la Ciudad de La Plata, hoy recordamos “La Noche de Los Lapices”. Acto en el que participan fuerzas policiales y militares del batallón 601 y estudiantes de secundaria.

Aquella noche, estudiantes que pensaban “diferente” y reclamaban una rebaja del boleto estudiantil, son secuestrados, torturados y desaparecidos por La Policía. En pocas palabras, así lo describe la difundidísima película homónima, que se trasmite, casi de manera obligatoria, en varias escuelas públicas de la provincia de Buenos Aires y por ello actualmente, estudiantes de secundaria relatan de la misma manera la secuencia. Dicho film se basa en el libro de la autora María Seoane (ex integrante de la organización homicida ERP) y Héctor Nuñez, quienes a su vez se basan en el relato de Pablo Díaz.

Ni fueron simples estudiantes, ni mucho menos su principal reclamo fue la rebaja del boleto estudiantil. Su protagonista, el filantrópico Pablo Diaz, que integraba con destaque la Juventud Guevarista, brazo estudiantil de la organización ERP, junto a sus compañeros estuvieron siempre dirigidos a promover la criminalidad terrorista que caracteriza su organización. Haciendo que el reclamo por el boleto solo sea una excusa oficial para sus verdaderos fines. Fue en esa militancia donde el sujeto fue detenido entre 1976 y 1980, este echo se encuentra confesado por el interesado y documentado en el libro “Los Últimos Guevaristas” de Julio Santucho.
Otra de las confesiones principales que da evidencia de la falacia que pretende dejarnos la película, a los jóvenes de esta generación, la da el hermano de María Claudia Falcone, una de las integrantes (y protagonista de la película) de la militancia ya nombrada, Jorge Falcone (Montonero) en una nota para el libro “Montoneros, Soldados de Menem, ¿Soldados de Duhalde? de Viviana Gorbatto, expresa: “–Mi hermana no era una chica ingenua que peleaba por el boleto estudiantil. Ella era toda una militante convencida. Ni mi hermana ni yo militábamos por moda. Nuestra casa fue una escuela de lucha”.
–¿Tu hermana y vos eran montoneros convencidos?
–(Falcone) Sí. Nadie nos usó ni nadie nos pagó. No fuimos perejiles como dice la película de Héctor Olivera (…) fuimos a la conquista de la vida o la muerte (…). En el departamento donde cayó mi hermana se guardaba el arsenal de la UES de La Plata. Mi hermana no cayó por el boleto secundario, sino por una patria justa, libre y soberana. La gente que tenía la conducción de un colegio secundario no se chupaba el dedo. Tenía práctica política y militar”
Como estos podríamos seguir dando testimonios y evidencias de aquella falaz película estrenada en 1986, que sigue fomentando el miedo, el rencor y hasta odio a nuestras Fuerzas Armadas actuales, por parte de nuestra generación como juventud, generando un rechazo y condena social. Alejándonos, también, del orden y de los valores que ellas representan.
La Noche de Los Lápices fue uno de los tantos hechos ocurridos en la época de la dictadura, pero el que más resalto en nuestra juventud por obvias razones. Hoy la conmemoramos gracias a nuestro ex presidente Néstor Kirchner (año 2006)  el Día de los Derechos de los Estudiantes Secundarios, un homenaje para que “los lápices sigan escribiendo” páginas en la tarea de establecer “Memoria, Verdad y Justicia.”
Por todo lo escrito anteriormente hagamos memoria y recordemos toda la verdad (no fueron jóvenes idealistas y no iban con un libro bajo el brazo), solo así podremos seguir escribiendo estableciendo justicia.
 
 Por Alison Ingrid Espinoza – Tecnica en Régimen Aduanero – Estudiante de Cs Políticas

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