Por Diego Urrere Pon*
Hoy se cumplen 39 años del retorno de la democracia en manos de Raúl Alfonsin.
En estas últimas décadas y con la decadencia de los actores políticos, muchos vuelven a plantearse si la democracia sirve de algo.
La democracia es la única vía, lo que debemos aprender es a vivir en libertad.
Rusia tiene alimentos, pero sus jóvenes son obligados a morir en una guerra absurda.
Cuba tiene Educación y sus profesionales son enviados por el mundo como esclavos del Estado.
China tiene Salud, pero sus ciudadanos tienen carecen de derechos civiles y políticos.
El desafío que tenemos como pueblo es que ante la amenaza de vivir en un populismo de izquierda o de derecha es que tengamos educación, salud, progreso económico individual y colectivo pero en un marco democrático.
La democracia es la materialización de las libertades sociales y políticas.
Vivir en democracia significa vivir en libertad. Esa libertad significa que vivir en paz, obviamente que existen diferencias de opiniones y criterios, y que existan nutren a la democracia a través de los distintos puntos que se pueden ofrecer sobre un determinado tema, pero allí es donde debe entrar la tolerancia, tan necesaria para respetar la opinión del otro.
En una sociedad “engrietada” donde yo soy el bueno y el resto es lo malo (propio de los autoritarismos cuyo germen es el populismo) es muy difícil la coexistencia pacífica y la libertad de acción.
Si nuestras opiniones o elecciones políticas entran en conflicto con la de otros, debemos entender que vivimos en democracia y por más que no la compartamos debemos respetarlas, atacar a otro por pensar diferente es propio del fascismo.
Valoremos vivir en democracia. Valoremos vivir en paz y libertad, que en definitiva es la única forma de lograr la prosperidad y felicidad del pueblo.
*Diego Urrere Pon, militante de la Unión Cívica Radical.
