Aceptar es crecer

Sabemos que no podemos cambiar el pasado, aquello malo que nos pasó, formará parte de nosotros siempre.

Hay muchas cosas que dependen de nosotros y podemos cambiar, pero claramente los hechos, no son el caso. Lo que si podemos cambiar es el cristal con el que observamos ese pasado. Cómo interpretamos ese hecho.

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Muchas situaciones traumáticas no son fáciles de aceptar y superar, pero también debemos tener en cuenta que todas las personas tenemos en potencial la capacidad para hacerlo. Depende de nosotros considerarlas la parte fundamental de nuestra vida, o sólo aceptarlas como una parte de nuestra historia.

Pensar a esas situaciones como una posibilidad de crecimiento interno, y a partir de allí avanzar en la vida y en los vínculos que establecemos.

Cuanto más nos empeñemos en rechazar ese pasado, porque lo consideramos injusto, trágico o doloroso. Más fuerza tomará dentro nuestro e insistirá en aparecer y ser un obstáculo, interrumpiendo el desarrollo personal.

Aceptar no significa justificar, estar de acuerdo o resignarse sin tener nada que hacer, más que ser la víctima de la circunstancia. Es todo lo contrario, es liberarse de ese lugar de dolor, rencor y sufrimiento.

Aceptar es reconocer que la realidad, muchas veces no coincide con lo que pensamos que debe ser. Sabemos que hay miles de eventos crueles, injustos, y que, en ocasiones, cosas malas les pasas a personas buenas; pero es parte de la realidad, y rechazarla es seguir siendo la victima de ella. la bronca, el dolor y el sentimiento de injusticia demanda un gasto de energía psíquica y física, que se podría estar utilizando para hacer productiva la vida actual. superar situaciones dolorosas dejaran espacios libres en tu pensamiento para disfrutar de vivencias felices.

Si solo nos quedamos anclados en el rencor y la angustia, nunca encontraremos nuestras fortalezas, no aprenderíamos a enfrentar situaciones difíciles, ni a darnos cuenta cuáles son las personas que están a nuestro lado aun en circunstancias adversas.

Se trata de ponerle un límite a esa vivencia dolorosa. El dolor no se olvidará, pero ira perdiendo intensidad, y no será el dueño del presente ni condicionará el futuro.

 No cambiarás tu pasado, pero si el modo de vivenciarlo.

C G JUNG, decía. “Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma”

Por Debora Gonzalez – Psicóloga. MP: 93209 – MP. 93209