Para la liberación es necesaria la identidad, el punto de encuentro, sin identificación popular no hay movimiento que resista. Por eso fechas como el 8 de marzo, el 3 de junio, el 25N se resignifican, se van masificado y las movilizaciones se llenan de mujerío y diversidades.
Nos reconocemos en una tradición histórica de la lucha por la igualdad, somos parte del movimiento político que generó las condiciones para que obtengamos el derecho al DNI, al voto y la participación electoral, ocupando cargos, construyendo una realidad indiscutible que se reflejaba en los padrones que rebosaban de votos de mujeres.
Somos parte de esa generación que se volcó a las calles, a las definiciones políticas, a la militancia activa.
Somos esas mujeres que salieron al trabajo, que se transformaron en dirigentas, que desafiaron lo establecido.
Por eso hoy no nos callamos, por eso nos sublevamos ante las injusticias y desigualdades y aunque algunos se resistan y se ofusquen, nuestra fuerza radica en la historia que nos sustenta, y hoy estamos decididas:
“Ha llegado la hora de la mujer que comparte una causa pública y ha muerto la hora de la mujer como valor inerte numérico dentro de la sociedad” Así lo marco Evita y parte de la reconstrucción de este espacio político peronista y feminista, debe recomponer y reivindicar aún más el rol de las mujeres en los programas de Perón y en la lucha contra las dictaduras.
Nuestra tarea también es reconstruir nuestro legado para sostener este presente y construir el futuro que soñamos.
Por Natalia Reynoso – Peronismo Revolucionario en Tigre