Por Victorio Pirillo*
En este 1 de mayo, Día del Trabajador, es importante recordar las luchas y logros históricos de los trabajadores en todo el mundo. Esta fecha se remonta a finales del siglo XIX, cuando un grupo de sindicatos en los Estados Unidos convocó una huelga general para exigir una jornada laboral de ocho horas, comenzó el 1 de mayo de 1886 y se extendió a varias ciudades del país.
La huelga se desarrolló pacíficamente en un principio, pero el 4 de mayo de 1886 se produjo un enfrentamiento violento entre la policía y los manifestantes, que culminó con la muerte de varios trabajadores y policías.
Después de los incidentes de Haymarket, ocho líderes sindicales fueron detenidos y acusados de conspiración en relación con el ataque. A pesar de la falta de pruebas contundentes, todos fueron declarados culpables y condenados a muerte; uno se suicidó en su celda antes de su ejecución.
Aún con la continua brutalidad del gobierno y los empresarios, los trabajadores continuaron luchando por sus derechos y reivindicaciones.
La historia destaca que en 1889, en la reunión de la Segunda Internacional Socialista en París, se declaró el 1 de mayo como el Día Internacional de los Trabajadores en honor a los mártires de Chicago y en solidaridad con las luchas laborales en todo el mundo.
Cabe recordar que en 1893, el gobernador del Estado de Illinois, John Peter Altgeld, a partir de un petitorio de 60.000 firmas, revisó el perverso proceso judicial, demostró los vicios con que había sido sustanciado y reconociendo la inocencia de los condenados, ordenó su perdón absoluto y los indultó, llegando esta sentencia demasiado tarde para aquellos que ya les habían quitado la vida.
Desde entonces, el 1 de mayo ha sido una fecha para recordar la disputa por los derechos laborales, como el derecho a una jornada laboral y salario justo, seguridad y condiciones de trabajo dignas. Al día de hoy en muchos países, el Día del Trabajador se celebra con manifestaciones y marchas para exigir mejoras y avanzar en los derechos.
Sin embargo, a pesar de los logros alcanzados oportunamente por los trabajadores a lo largo de los años, restan todavía muchos desafíos. Trazando un paralelismo con la actualidad la pandemia del COVID-19 ha expuesto aún más las desigualdades y vulnerabilidades de los trabajadores, especialmente aquellos en empleos precarios y sin protección social. Muchos han tenido que adaptarse a nuevas formas de trabajo, como por ejemplo el teletrabajo, mientras que otros han enfrentado desafíos adicionales, como la pérdida de empleos, la exposición a riesgos de salud como también la expulsión del sistema amontonándolos en perpetuos planes sociales que quiebran la voluntad del individuo, siendo estos víctimas de la política del descarte que aplican los Estados perversos, porque se sabe que un individuo que no tiene una función social es un ser al que se le obliga a renunciar a la vida.
A pesar de todos estos desafíos, la fuerza laboral mundial ha demostrado una vez más su capacidad de adaptación, resistencia y solidaridad. Desde los trabajadores de la salud hasta los esenciales en supermercados y tiendas, desde los trabajadores de la educación hasta los obreros en fábricas y empleados en oficinas, todos han contribuido de alguna manera a mantener nuestras sociedades en marcha durante estos tiempos difíciles.
En este día, es importante recordar que la lucha por los derechos laborales es una pelea constante y que la solidaridad entre los trabajadores es fundamental para lograr un país más justo y equitativo para todos. Debemos seguir trabajando en el día a día para construir un futuro en el que los derechos consagrados y que tanto sacrificio costaron a quienes nos antecedieron no sean socavados y sean respetados y protegidos en todo el mundo.
* Victorio Pirillo – Secretario General STMVL