Cada 20 de junio se celebra el “Día de la Bandera” sobre nuestro suelo, en conmemoración del fallecimiento de Manuel Belgrano: su creador. Un día como hoy pero del año 1820, en una mañana fría de una Buenos Aires acechada por la guerra civil, falleció nuestro “creador” de la bandera.
Manuel Belgrano nació el 3 de junio de 1770 en una familia muy acomodada, ya que su padre Domenico Belgrano Peri era un comerciante italiano autorizado por el Rey de España. Realizó sus estudios en el viejo continente, rodeado de las elites academicistas y muy entusiasmado por la Revolución Francesa donde forjó su ideario revolucionario. Luego de completar sus estudios retoma el viaje hacia su pueblo natal donde dio su vida luchando por una idea de nación donde reine la justicia social.
“Como en la época de 1789 me hallaba en España y la revolución de Francia hiciese también la variación de ideas y particularmente en los hombres de letras con quienes trataba, se apoderaron de mí las ideas de libertad, igualdad y fraternidad, y sólo veía tiranos en los que se oponían a que el hombre, fuere donde fuese, no disfrutase de unos derechos que Dios y la naturaleza le habían concedido…” J. M. Belgrano.
El comandante fue uno de los más notables economistas argentinos. Desconfiaba de las promesas del sector ganadero ya que notaba que acumulaba riqueza y no generaba fuente de trabajo genuino. Belgrano destacaba la imperiosa necesidad de formar un sólido mercado interno, lo que disputaba muchas tensiones en el consulado. Él mismo definió al consulado del siguiente modo: “todos comerciantes españoles, exceptuando uno que otro, que nada sabían más que su comercio monopolista, a saber: comprar por cuatro para vender con toda seguridad a ocho”.
Nuestro prócer tuvo una destacada carrera y honraba los variados roles que le tocó cumplir. Diseñó una bandera con los mismos colores, enarbolando por primera vez en Rosario, el 27 de febrero de 1812. Ese mismo día, el Triunvirato con el cual tenía fuertes rispideces le ordenó hacerse cargo del Ejército del Norte, donde sobresalió comandando dicha expedición y sería el pasaje a dejar huella en nuestra historia. Al llegar al Norte se dio cuenta que desde Buenos Aires la visión que tenían de aquel territorio era completamente errada. Al observar que vencer a los realistas era algo casi imposible inició el 23 de agosto de 1812 el Éxodo Jujeño, es decir, la retirada hacia Tucumán (los habitantes de Jujuy y de Salta abandonan sus hogares y arrasan todo a su paso, dejando a los realistas sin víveres). El Gobierno le pidió que fuera a Córdoba pero él se mantuvo en Tucumán y allí venció a los realistas, dando lugar a la batalla que significó la unión del pueblo nacional. Debido a la presión del Triunvirato retoma el camino para Buenos Aires y deja el comando a Juan Jose de San Martín.
Belgrano fue un personaje político, precursor del periodismo nacional, impulsor de la educación popular, la industria nacional y la justicia social, que nos convoca a reivindicar nuestra patria dándole una lógica federal. Nos invita a pensarnos desde nuestro territorio e incorpora una visión de patria que no existía en nuestro territorio: realiza una construcción de base. Pone en valor al pueblo que se dispuso a poner el cuerpo por la liberación ante la violencia realista y discute a quienes toman una posición cómoda en la historia.
“Siempre se divierten los que están lejos de las balas, y no ven la sangre de sus hermanos, ni oyen los clamores de los infelices heridos; también son ésos los más a propósito para criticar las determinaciones de los jefes: por fortuna, dan conmigo que me río de todo, y que hago lo que me dictan la razón, la justicia, y la prudencia, y no busco glorias sino la unión de los americanos y la prosperidad de la Patria.” J. M. Belgrano
En los tiempos que corren el pensamiento hegemónico de la sociedad de mercado y los medios nos invitan constantemente al individualismo (del modo más seductor), a concebir al otro como una competencia, a no confiar en lo nuestro y dejar atrás nuestra bandera y hacer nuestro futuro en otro país. Es importantísimo volver a Belgrano, para discutir una sociedad que se congregue de un modo más comunitario y donde prime el bien colectivo sobre los intereses personales. Retomar las ideas de “patria” que han sido tergiversadas para poder construir un país justo, libre y soberano. No nos salva el mercado, nos salva una patria justa y comunitaria.
“La patria es el otro”.
