El 17 de octubre es una fecha significativa para todo el pueblo peronista; el movimiento popular más importante de Argentina que tomó como bandera la conquista de derechos para las clases trabajadoras y que permitió mejorar la vida de millones de compatriotas. Durante el primer gobierno del general Perón, la estatización de los ferrocarriles se transformó en un hecho que sirvió como eje en la revalorización nacional.
El acto del 1° de marzo de 1948, cuando más de un millón de personas rodeó la estación Retiro para festejar la nacionalización del transporte más importante del país, es el faro que nos alumbra para recuperar el brillo y la grandeza del tren.
Los datos son elocuentes: en 1948 teníamos 47.500 kilómetros de vías operativas, tras años de desmanejo; en enero de 2020 apenas superamos los 3.900 para el servicio de pasajeros. Muestra de esto es que en la gestión anterior el objetivo fue claro: se cerraron 12 ramales por decisiones políticas.
Desde el día que nos hicimos cargo de la operación, nuestra meta es volver a unir pueblos, argentinos y argentinas a través de los trenes. Por ellos, trabajamos a lo largo y ancho del país, brindando un servicio público esencial y persiguiendo en nuestras acciones una rentabilidad social, no económica.
Cuando inicié mi gestión asumí el compromiso de restablecer los ramales ferroviarios que habían sido cerrados en los últimos años para devolverle el rol social que durante el gobierno del general Perón tuvieron los trenes en nuestro país.
El último 25 de enero recuperamos el tren que une General Guido-Divisadero; un servicio que desde 2015 no funcionaba. El 29 de marzo el servicio que conectaba Cipolletti con Neuquén lo extendimos a Plottier, después de 28 años. Además, ampliamos el regional de Güemes-Salta hasta Campo Quijano después de 51 años, y el Tren de las Sierras volvió a Valle Hermoso tras 24 años.
Ver la emoción de cada persona saliendo a la vereda, acercándose a saludar nuevamente al tren con banderas y con lágrimas en los ojos, nos mostró que este es el camino, y la importancia del ferrocarril en esos lugares, porque donde dejó de llegar, los pueblos se desvanecieron.
Actualmente, trabajamos en diferentes sectores para seguir recuperando servicios. Revisamos los tendidos de Tandil y la vía Pringles que une Olavarría con Bahía Blanca. Apuntamos a reactivar el ramal a Pehuajó del Sarmiento con el objetivo puesto en volver a llegar hasta General Pico en La Pampa, y trabajamos para que el San Martín retorne a Rufino.
Conjuntamente, somos partícipes del Plan de Modernización del Transporte Ferroviario de Pasajeros y Carga que impulsa el ministro de Transporte, Alexis Guerrera, con una inversión de más de 32 mil millones de pesos y casi 5 mil millones de dólares que crea 46 mil puestos de trabajo.
Seguir conectando ciudades, argentinos y argentinas; modernizar y mejorar la infraestructura ferroviaria y permitir que las personas que viajan se sientan seguras son los pilares de nuestra gestión con el gran objetivo de reconstruir el ferrocarril que una vez nos dejó Perón y con ello ayudar en la reconstrucción argentina.
Por Martín Marinucci, presidente de Trenes Argentinos