5J – Cuenta regresiva  para salvar el planeta

No podíamos imaginar allá por los años 70 que los modelos que prometían prosperidad, fueran los mismos que destruirían nuestro planeta.  El cambio de paradigma aún es posible.

A lo largo de su historia, la humanidad se ha ido desarrollando empleando los recursos que el ambiente le ofrece. Debido a esto, nuestra consolidación como especie (y como individuos) depende en gran medida de factores ambientales. No es casualidad que las grandes civilizaciones que hayan alcanzado su cénit económico y político se encontraran en zonas donde los recursos naturales son abundantes.

La construcción clave de la humanidad, sin lugar a dudas, son los sistemas políticos y económicos. A día de hoy, 90% de la población mundial se encuentra viviendo  bajo el sistema económico conocido como “capitalismo” o de consumo extremo.
Y no es coincidencia que los principales problemas del ambiente se hayan desarrollado en los últimos dos siglos de existencia de la humanidad.
Nuestro modo de vida exige una producción de bienes materiales de consumo sin control alguno o, en el mejor de los casos, con tímidas regulaciones de los Estados que intentan disminuir el daño al ambiente en el cual sus ciudadanos desarrollan su existencia.
Son innumerables los impactos negativos que como especie le hemos ocasionado a nuestra casa común, hemos desatado fuerzas que no podemos controlar. Todos hemos oído hablar del calentamiento global, la pérdida de biodiversidad, el inmanejable caudal de basura que producimos a diario, la sobrepoblación, la reducción de hábitats silvestres, la contaminación de los océanos, la pérdida de agua potable e innumerables catástrofes en ciernes que a día de hoy se encuentran agazapadas en los años venideros.
Hemos sido convencidos a lo largo de nuestras vidas que el usufructo de bienes de consumo nos haría felices y prósperos, y bajo esa zanahoria ocasionamos un daño a nuestro planeta, en muchos casos irreparable.
Sin embargo no todo está perdido. Como seres conscientes de nuestro entorno, somos capaces de revertir el daño que hemos ocasionado. Con el desarrollo de nuevas tecnologías (orientadas a la eliminación paulatina de la quema de combustibles fósiles), la educación ambiental (clave para formar personas comprometidas con el ambiente y su cuidado), la implementación del modelo de desarrollo sostenible (aquél modelo que implica emplear los recursos naturales de manera de satisfacer las necesidades actuales de la población, pero sin perjudicar el desarrollo de las generaciones futuras) y otras tantas estrategias que en los últimos 50 años la humanidad viene desarrollado en pos de un futuro – y un ambiente – mejor y más saludable.
Es largo el camino recorrido, porque largo ha sido el daño ocasionado. Pero estamos convencidos que seguimos el sendero correcto, el cambio de paradigma se ve cercano en el horizonte. Debemos fomentar un cambio cultural que asegure en aquellas generaciones el entendimiento que la relación entre lo social y lo económico sea equitativo; lo económico y ecológico sea admisible; y lo ecológico y lo social sea viable.  No debe existir un ambiente sin seres humanos, ni seres humanos sin un ambiente sano.

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Gabriel Tato – Director de políticas ambientales – San Fernando Municipio