8M – Juntas y caminando en la dirección correcta

“Arroz con leche me quiero casar con una señorita de San Nicolas, que sepa coser, que sepa bordar…”. Esta canción que muchos hemos cantado más de una vez contiene un mensaje machista, antiguo y anacrónico. Es acorde a la época porque fue creada hace muchos años en los que esa era la cultura, el hombre trabajaba mientras la esposa cocinaba, cosía y se dedicaba a las tareas domésticas. 

En un día como hoy, conmemoramos a todas las mujeres que han luchado por igualar las condiciones civiles, laborales, económicas, sociales y políticas nuestras respecto a las de los hombres.

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Celebramos la valentía y determinación de las mujeres, de a pie, que han jugado un papel clave en la historia de nuestro país y del mundo. Es también un día para generar conciencia sobre aquello que aún falta hacer. ¡Mirar lo que hemos logrado y lo que aún nos falta, que es mucho! Si bien el principio de igualdad entre hombres y mujeres está reconocido por organismos internacionales como la ONU, una igualdad real y universal sigue pendiente, en mayor o menor medida. La equidad total de genero no es solamente importante sólo por una cuestión de Derechos Humanos, según lo indica la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), la equidad de género tiene una gran influencia en el crecimiento, competitividad y en la preparación para el futuro de los países y organizaciones, determinando qué tan prósperos serán.

Se ha recorrido un largo camino desde aquellos movimientos sociales del siglo XX, que marcaron este día para conmemorar, pero aún falta mucho trabajo y energía. A raíz de la pandemia por el Covid-19, surgieron nuevos obstáculos que se suman a los de carácter social y sistémico que existían antes y que frenan la participación y el liderazgo de las mujeres. Nuestro trabajo en el hogar fue incrementado por las condiciones que estamos atravesando: se nos agregó ayudar en la educación virtual de nuestros hijos, ayudar a los abuelos, los cuidados en el hogar ante el virus y otras tantas tareas a las que debimos adaptarnos. A todo esto, hay que sumarle el trabajo, para las que lo tienen, que ya sea presencial o virtual hace que trabajemos en condiciones de estrés. La crisis ha puesto de relieve tanto la importancia fundamental de las contribuciones de las mujeres como las cargas desproporcionadas que soportan.

Sigamos luchando y seamos cada uno agentes de cambio propiciando acciones que permitan empoderar a otras mujeres. Incentivándolas a que se desarrollen en sus ámbitos, generando oportunidades laborales, denunciando la violencia de género, realizando campañas preventivas, participando en redes comunitarias y trabajando por la equiparación salarial, entre otras cuestiones.

Cuando las mujeres de todos los continentes, separadas por fronteras nacionales, diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas y políticas se unen para celebrar su día, estamos ante una tradición de no menos de noventa años de lucha en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo, manteniendo también el recuerdo de aquellas mujeres, artífices de la historia, que lucharon en pie de igualdad por una mayor participación de las mujeres.

Encontré una letra adaptada por Caro Nazar que me gustó mucho y creo que nos pone voz a lo que las mujeres sentimos: “Arroz con leche yo quiero encontrar a una compañera que quiera soñar, que crea en sí misma y vaya a luchar a conquistar sus sueños de más libertad. Valiente sí, sumisa no. ¡Feliz, alegre y fuerte la quiero yo!”.

 ¡Ya hemos logrado cambiar la canción, vayamos por más!

Por Rosalia Fucello – Presidente del Bloque PRO San Isidro y Vicepresidente del Honorable Concejo Deliberante de San Isidro