17 DE OCTUBRE: Siempre hay que oír al Pueblo

La verdadera marcha, la que iba a pedir por la liberación del General Juan Domingo Perón a las primeras filas de la política nacional, iba a llevarse a cabo el 18 de octubre con una huelga general. No el 17. Pero el pueblo no aguantó. Ese fuego interno que le quemaba por dentro ante la ausencia de su líder, de su conductor, de quien empezaba a mostrar atisbos de darle al pueblo los derechos que ese pueblo aún no tenía, hizo que la impaciencia fuera más fuerte. Sin redes sociales, sin mensajes por celular, sin convocatorias mediáticas. Solamente el sentimiento hizo que ese 17 de octubre sea histórico, sea aún vivido con el mismo sentimiento por aquellos que fueron protagonistas en esa Plaza, pero también muy sentido por aquellos que abrazamos su doctrina, ese 17 de octubre fue un punto de inflexión para nuestra Patria. 

Pasaron 74 años de aquella epopeya. Pasaron golpes de estado, gobiernos constitucionales, momentos de largas noches y momentos de días brillantes. 74 años que signaron una historia argentina marcada por alegrías y tristezas (hoy, más tristezas que alegrías). Transformaciones cíclicas que a esta altura -considero- ya son parte de nuestra más profunda idiosincracia y que sin quererlo, a esas transformaciones ya las adoptamos como muy propias.
Sin embargo algo aún se conserva intacto como aquel 17 de octubre de 1945. La voz del pueblo no cambió. Quizás se acalle un tiempo. Pero ese fuego no se apagó. El fuego sagrado que quema ante las injusticias, ante la falta de derechos, ante la opresión. La voz de un pueblo que quizás deba resurgir. Ya no desbordando una plaza sino en una urna. La voz de un pueblo que diga basta. 
Porque el líder no está físicamente, pero el Movimiento y su legado continúan intactos. Y porque por más que intenten callar la voz del pueblo, podrán silenciarla un tiempo. A la larga, el pueblo siempre se hace oír. 
Leales a Perón, leales al Pueblo.
¡Feliz Día de la Lealtad, Compañeros y Compañeras!

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Por Martín Marinucci