Yo quiero mi bandera…

Hoy, en cuarentena, muchas veces ya no sabemos ni qué día es, les recuerdo que hoy se conmemora la muerte de Belgrano y se festeja el día de la bandera. No voy ahondar en el origen de la bandera, más que decirles que la bandera no se hizo mirando el cielo en medio de  una batalla, tampoco hablaremos de las osadías del Prócer preferido de nuestra vice presidenta. Sí, vamos a explicitar que se construyó como un símbolo para unificar sectores, sujetos que tenían una posición en común y que era la independencia, pero tenían diferentes pensamientos en qué buscaban con esa independencia; criollxs comerciantes, criollxs hacendadxs, peones, negrxs ex esclavos, Mestizxs a deuda, Indígenas como servidumbre. Esta unificación se hacía frente a la otredad, frente al enemigo, la corona española, frente a quien dominaba el futuro suelo argentino.

En aquellos tiempos de revolución los ideales se hacían carne y se defendían a plomo y espada. Luego de la independencia, los diferentes sectores e intereses de la elite criolla que fueron los que predominaron, iban a quedar al mando de las provincias unidas estuvieron en conflicto por el rumbo que iba a tomar la organización del territorio y la futura conformación de estado nación, llegando a su fin por los años 1860-80, teniendo un frente de Vencedores y un frente de Vencidos. La oligarquía, esas pocas familias que ostentaban la tierra en la Argentina en forma de latifundios alineadas con las aristocracias propias de cada provincia fueron quienes vencieron y llevaron adelante la conformación del estado monopolizando las fuerzas militares y derrotando las montoneras, poniendo límites, fronteras y construyendo las instituciones en pos de un sistema capitalista “agroexportador” subordinado a los intereses de países imperialistas europeos –principalmente Inglaterra- y los propios de esta oligarquía. Estos también tomaron la bandera constituyéndola como nuestro símbolo patrio.    

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Como docente y militante –valga la redundancia-  las efemérides son un día que abren a la reflexión, a pensar el pasado en relación a nuestro presente. Me parece que el origen de la bandera o como se institucionaliza no describe nuestros sentimiento por ella, tampoco describe lo que es, o qué simboliza, ya que esta solamente se puede explicar desde la construcción misma que llevamos adelante desde las clases populares, teniendo en cuenta el contexto y nuestra construcción como clase. En este día me parece oportuno pensar qué simboliza la bandera, hoy, en medio de una cuarentena, de la negociación de la deuda externa, y de la nacionalización de Vicentin. ¿A caso para todos simboliza lo mismo? ¿Por qué se levanta la bandera Argentina a la hora de defender tanto una postura nac and pop como una postura liberal, hay una real?

 1. Para comenzar, hablando con 5 compañeros de laburo en la remisería, abrí el debate sobre qué piensan de la bandera, todas las respuestas en forma de Argentometro fueron subiendo su escala hasta llegar al rojo, empezaron por la selección, siguieron por el asado y  el diego y terminaron en Cristina y los redondos. La construcción de la bandera va más allá de un estado nación buscando unificar una sociedad, la construcción de nuestra bandera se vincula a nuestras vivencias, con nuestro entorno, con lo que vamos mamando y en este caso parece ser aquello que te hace sentir algo diferente a todos los días, esa sonrisa que te saca Messi o esa canción de los redondos que te remite a tu pasado.  En el futbol y la gastronomía  parece no haber problemas a la hora de pensar como reivindicamos nuestra bandera. ¿Es solo esto la bandera?

2. En el discurso político ya no hay unificación del pensamiento sobre cómo se busca enarbolar la bandera,  acá la bandera se lleva adelante desde la acción en contradicción con un relato. Está en tensión y en disputa qué es lo que reivindica la bandera.  En el liberalismo argentino la bandera se enarbola con la institución, con la república y con el derecho a la propiedad privada. En este relato, toman un discurso selectivo ya que esconden que la constitución la hizo a su privilegio pero nunca la respetaron; se olvidan que se cagaron en la república cuando bombardearon plaza de mayo hace 45 años. Por lo tanto parece ser que lo único que defienden es un estado que respete la propiedad privada; que los deje hacer negocios y mantener su lugar de privilegio. Su construcción de la bandera se tiene que hacer  con un relato mezquino que omite la historia y que  deja a casi todo los argentinos afuera a la hora de generar deuda externa para profundizar nuestra dependencia, o representan sus acciones o los intereses de algún holding a la hora que deben gestionar. Parece ser que los negocios y las banderas no se llevan de la mano, “el capital no tiene bandera”.  

3. Para polemizar en la cuarentena se enfrentaron dos discursos: A) del cuidado por la gente que fue la que tomo el gobierno frente a B) una oposición que buscaba y pedía agritos que se rompa la cuarentena por el bien de la economía. Esta polémica es un falso dilema, Jauretche la consideraría una zoncera, por un lado, si se abre la economía el día de mañana vas a tener más contagiados y vas a estar obligado a cerrar tu economía y en algún momento va a tener peores consecuencias ya que por el no cuidado de los laburantes, y no tener una estrategia frente a  esta nueva normalidad, te va hacer tener que poner más presupuesto y colapsar el sistema. Por otro, el gobierno hace dos meses viene diciendo que la cuarentena se mantiene restrictiva y obligatoria en el AMBA y que eso no cambia, queda claro que es un mero relato cuando en la acción el gobierno decidió poner en marcha sectores que no son esenciales para subsistir como comercios de ropa o fábricas de productos no primordiales, es decir el cuidado que pregona en el relato Alberto Fernández se matiza en los parques industriales del AMBA.

4. La bandera hoy en día se corresponde a pensar como sobrevivimos a este cambalache más que a pensar en las perdidas en la economía tanto en lo micro como lo macro. La bandera a sostener es buscar que coman los 48 millones de argentinos, es tener empatía por el otro, pensando en socavar el hambre, que  todxs tengas las condiciones básicas para vivir, sin sufrir violencia, ni tener que soportar una angustia sin que nadie nos dé una mano. La cuarentena es un contexto que visibiliza problemáticas, como por ejemplo la IFE demostró que en el país hay 9 millones de argentinos que son parte de la economía informal es decir casi la mitad de la fuerza de trabajo activa no tiene contacto con el estado,  hay 1400 barrios populares que no satisfacen las necesidades básicas ¿acaso se puede enarbolar una bandera sin justicia social?

5. La crisis económica, la desigualdad, son moneda corriente en nuestro país. En los últimos 4 años el gobierno con gestión cambiemos destruyo la economía argentina cediéndole ganancias exorbitantes a un sistema financiero que cada diez años juega a la ruleta rusa con el arma cargada apuntándole al pueblo argentino. Hoy la dependencia y la subordinación frente a los tenedores de bonos, va de la mano con la necesidad de dólares a partir del comercio exterior, venta de materia prima y productos agro industrial que se hacen en frigoríficos, cerealeras  y puertos de capitales extranjeros. Es decir la economía tiene que generar dólares para pagar deudas y las ganancias que se llevan las empresas extranjeras que hoy en día siguen teniendo el control de una gran parte del aparato productivo, sin incidencia del estado, si queda algo va para las reservas. A esto me refiero, el estado no es que no se hace responsable, mira deliberadamente para otro lado sin regular, no sabe ni cuánto marca la balanza a la hora de saber cuántas toneladas de soja se venden a otro país, ni sabe cuánto es la cosecha, ni cuando la van a vender, ni a cuánto se la venden a la exportadora.

6. Hoy en día el gobierno de Alberto Fernández retrocedió frente a la expropiación de Vicentin que era una de las tantas empresas que exportan aceite y harina al exterior. Esto sucedió por la presión de las clases dominantes y liberales y ejecución de quienes representan sus intereses; como venimos diciendo construyen la bandera a favor de la propiedad privada cuando fugan los dólares y se cagan en qué color es la bandera del paraíso fiscal donde la esconden. Lo loco es que los sojeros y las cerealeras extranjeras se opusieron y movieron los hilos para que los medios y miles de argentinos reproduzcan que la expropiación de la empresa  iba en contra de nuestros colores patrios. Cuando tener una empresa de tal magnitud en el mercado celeste y blanco propia  del estado, no solamente es pensar en pos de la independencia economía, también es tener una entrada directa de divisas para una moneda más estable, y se puede pensar en racionar las exportaciones para satisfacer la soberanía alimenticia. ¿Acaso construir la bandera no es pensar en políticas económicas donde el estado intervenga en favor de nuestra independencia económica?

7. Por último los liberales juegan con que la bandera se defiende luchando contra la corrupción. Los ideales, los discursos y la política en si se menosprecia porque el sentido común constituido por las mismas zonceras jauretcheanas llevaron a hacerle creer al pueblo argentino, que la política es puro cuento, que los ideales no existen y que se hace solo por plata, que la bandera es un trapo que no vale nada, que los populistas en cada gestión la deterioran robando la plata que pagamos con nuestros impuestos. Ese discurso barato, sin sentido del gorilismo argento solo se traduce en que ellos no hacen nada si no es por guita. Ahora, la militancia por un cargo existe o la militancia que cree que solamente con un cargo puede transformar la realidad también existe. Si puede concretar algo con un cargo es intentando pensar cómo intervenir la realidad y no pensando que la realidad es el límite para el cómo intervenir. De algún modo si no ponemos en disputa el sentido común y creemos que las respuestas ya están escritas y el contexto no tiene discusión, se termina volviendo real esa zoncera y solamente la lucha se desenvuelve en la manera de subsistir y mantener un laburo.

 La corrupción es el relato que la clase dominante grita a cuatro vientos para que quienes gobiernen sean los que los dejen robar a ellxs. El poder ejecutivo, el poder legislativo y el poder judicial en gran parte representan intereses de diferentes clases dominantes. El caso de Vicentin poniendo la tarasca de campaña en Juntos por el Cambio nos demuestra a quién se opone a la expropiación. Ahora con el nuevo proyecto de Perroti,  el gobernador de santa fe, demuestra que la empresa tiene soldaditos en todos los frentes. Además Pagni quien siempre tiene información certera, dijo que Manzano quiere ser el que se quede con el medio ¿Quién responde a Manzano dentro del Frente de Todos? Como el gobierno da marcha atrás expone que la política Argentina y su rumbo están subordinadas al capital extranjero y nacional.  A partir de la coima y las posiciones de poder en relación a nuestro aparato productivo le imponen como gobernar a quienes fueron electos por la gente. Como un liberal dijo, el pueblo vota una vez cada dos años y el capital está continuamente  eligiendo.

Por otro, el caso de Vicentin demuestra  que en el Frente de Todos estamos todos y que quien conduce tiene que elegir entre intereses de clases que se oponen: Si hay un sector que exige a favor de sus privilegios y tiene con que correr al gobierno. Mientras que las clases populares, desde que perdimos la calle con esta cuarentena no sabemos cómo actuar. Los sectores populares delegamos en un gobierno que asumió con un discurso que nos representaba, pensando que la esperanza era el motor de la lucha, desde mi humilde lugar creo que las posiciones se toman y si queremos algo tenemos que intervenir y tensar la soga, generar críticas y tratar de llevar adelante una alternativa para demostrar cuál es el rumbo que queremos que el gobierno tome, con elocuencia nos  debemos nuevas formas para visibilizar nuestras demandas. El lunes, por ejemplo, hay un apagón virtual desde Ctera capital por el pago del aguinaldo en cuotas.

8. Para concluir, como dije, a la bandera la construimos entre todxs  por medio de la empatía, la lucha, nuestro qué hacer histórico. Obvio que la bandera unifica y nos da  una identidad homogénea a clases diferentes. Sin embargo, esta no se puede izar desde la superficialidad, la subordinación, el corporativismo, la represión, el dinero, los privilegios, es decir el liberalismo gorila iza una bandera que solo se limita a ser un pedazo de tela que en algún momento un tatarabuelo de ellos institucionalizo. Sucede lo mismo con aquellxs que dejan que decidan por ellxs la historia. Por el contrario la bandera, se construye desde el potrero, desde la solidaridad, la empatía, el enfrentamiento, la tensión, la igualdad, la justicia social, la soberanía política y la independencia. No nos queda otra que virar el rumbo y llevar la bandera  hacia la victoria.

Por Favalli – Profesor de Historia