Viterbo: la “ciudad de los Papas”

Ciudad de gente elegante y orgullosa de su pasado etrusco,  se dice que Viterbo es el Borgo medieval más grande y mejor conservado de Italia. Allí tuvo lugar el cónclave más largo de la historia: duró dos años, nueve meses y dos días (desde 1268 hasta 1271).

Viterbo queda a 100km de Roma. La ciudad tiene orígenes muy antiguos y se cree que su nombre proviene de la Urbs Vetusta, que en latín significa “ciudad vieja”. Está rodeada de barrios más modernos, pero tiene un centro medieval amurallado.

Ésta ciudad tuvo una historia turbulenta, pero que le dejó un legado enorme y rico. Después de los etruscos llegaron los romanos, los ostrogodos, los lombardos, el dominio bizantino, los papas, los franceses y la ciudad hasta fue sede del comando alemán en la segunda guerra mundial.
Viterbo es conocida también como la “Ciudad de los Papas”, porque fue elegida como sede para la elección del sucesor de Pedro. Fue el cónclave más largo de la historia (duró dos años, nueve meses y dos días, desde 1268 hasta 1271).

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Lo que sucedió fue muy interesante. Como pasaban los días y no se ponían de acuerdo sobre quién sería el nuevo Papa, a los cardenales primero les redujeron drásticamente la comida a pan y agua, aunque aún así no lo lograron definir. Entonces, sacaron el techo de la sala para que la lluvia y el frio los apresuraran.  Luego, los encerraron con llave y ese fue el origen del “cónclave” (cum clave: con llave). Aún con todo esto, tardaron dos años en elegir un sucesor.
El Palazzo Papale aún hoy sigue sin techo, dominando como una fortaleza la colina de San Lorenzo.
En la plaza de San Lorenzo, está el Duomo (del mismo nombre). Es de estilo románico y fue construido sobre los restos del templo de Hércules. Allí fueron coronados siete Papas. 
Pasear por las calles de Viterbo es un verdadero placer, pudiendo encontrarnos con gratas sorpresas. Cada una de la gran cantidad de placitas, fuentes, iglesias y bellos palacios nobles, o simples casas, escaleras y pórticos han quedado como hace siglos y contienen una historia que nos adentra en la edad media de una ciudad italiana.
Viterbo es una ciudad llena de leyendas, muchas de ellas misteriosas, otras trágicas y también graciosas.
Una leyenda, por ejemplo, es la del milagro della brocheta (del cántaro). Se cuenta que en la Piazza della Crocetta una niña fue a buscar agua. El cántaro se le cayó y se rompió. Lloraba desconsolada hasta que Santa Rosa juntó los trozos y el cántaro se volvió a armar. Entonces, sobre la fuente, se colocó una pequeña estatua de la Santa como recuerdo del milagro.
En Viterbo se guarda la máquina de Santa Rosa. No tenía yo idea de qué era y me explicaron que se trata de un enorme candelabro iluminado, de 30mts. de alto y que pesa 52 toneladas. Más de ochenta personas de la misma altura llevan en andas el candelabro por las calles a oscuras de la ciudad. Lo hacen cada 3 de Septiembre por la noche, en honor a la Santa Patrona Santa Rosa de Viterbo.
En la Via Saffi, una hermosa casa medieval del 1300 llamada Casa Poscia, recuerda otra leyenda. Se cuenta que su bello balcón era de la habitación de la hermosa y joven Galiana. Ella se asomaba para recibir los agasajos de los caballeros y nobles del lugar y tenía la piel tan blanca que cuando tomaba vino se lo podía ver bajar por su garganta.
Hay también una parte de Viterbo oculta bajo tierra, que forma una red de túneles de 2500 años (desde la época etrusca). Están excavados en el tufo, roca blanda y fácil de tallar. Todos los túneles llevan a las salidas de la ciudad, asegurando el escape de los pobladores en caso de asedio. En la actualidad, se pueden visitar unos cientos de metros a una profundidad de tres a diez metros.
Algo famoso en ésta ciudad es la cerámica artesanal decorada en azul oscuro, que es producida mediante un método antiguo. Es tan linda como cara.
La cocina de Viterbo es muy variada y sabrosa, y la oferta es muy amplia en cuanto a presupuestos. Les recomiendo el spaguetti all´Amatriciana, o la auténtica carbonara. También son muy buenos los platos a base de pescado y todos los fiambres y quesos locales. En Corso Italia 11, en la entrada de Santo Stefano, se encuentra el Gran Caffe Schenardi, de 1818. Es un lugar por el que pasaron grandes personalidades, como el Papa Gregorio XVI, Giuseppe Garibaldi, Benito Mussolini, Orson Welles, el rey Gustavo VI de Suecia, Federico Fellini y, claro, ¡yo!
 Gran parte de éste texto se encuentra publicado originalmente en www.recorreitalia.com  

 

 
SILVANA SALVUCCI, autora de www.recorreitalia.com