Un mundo laboral cada vez más diverso

Por Daniel Arroyo*

Hoy es el día de todos los trabajadores, de todas las trabajadoras. De quienes trabajan en blanco, están registrados y tienen recibo de sueldo. De quienes laburan en negro, no están registrados y la pelean cotidianamente. De quienes hacen changas, trabajan por su propia cuenta y se levantan todos los días a conseguir el mango. De quienes están buscando trabajo y aún no encuentran. Todos son trabajadores, todos son trabajadoras. Y esa diversidad de panoramas marca las transformaciones profundas que hoy se está viviendo en el mundo laboral a nivel global y, por supuesto, en nuestro país.

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Hay cambios muy fuertes, de los que aún no tenemos verdadera dimensión de cómo se desplegarán en las próximas décadas. Me refiero a aquellos producidos por las nuevas tecnologías, la robótica, la inteligencia artificial. Miles de fuentes de empleo serán distintas, mutarán, también en algunos casos serán reemplazados.

En nuestro país, siguen siendo los sectores jóvenes quienes se ven más perjudicados por la desocupación y el trabajo precarizado e informal. Las estadísticas del INDEC indican que la tasa de empleo informal llega al 42% de la población; y que en los jóvenes de hasta 29 años trepa hasta 58.7%. Es una situación compleja, que podría verse agravada en los próximos meses por la caída de la actividad económica y la destrucción de puestos de trabajo.

Está claro que se requieren políticas públicas que permitan la inclusión de los jóvenes al mercado del trabajo formal, a partir de reformas legislativas verdaderas, de beneficios impositivos a las empresas que incorporen personas de hasta 29 años y de estrategias de capacitación continua.
Ya lo he dicho: necesitamos escuelas municipales de oficios, que estén vinculadas a los perfiles de desarrollo local de cada comunidad y que brinden capacitaciones de duración breve y salida laboral rápida. Hay un nuevo mundo laboral y eso requiere de formación continua, que les permita a nuestros trabajadores irse adaptando a los nuevos escenarios vinculados a la producción y los servicios.

También hace falta una transformación profunda de nuestra escuela secundaria, para vincularla con la ciencia, la tecnología y la innovación, y con el mundo del trabajo del siglo XXI. Desde mi rol como diputado, presenté un proyecto de ley para garantizar escuelas con infraestructura de calidad, laboratorios y conectividad a internet. También profundizar la enseñanza en educación digital, robótica, programación y ciencia y tecnología. El modelo de formación dual basado en el trabajo práctico tiene antecedentes muy positivos en su implementación en Alemania y ese es el camino que debemos recorrer. Son reformas que requieren de un amplio consenso y con una discusión que debe darse con todo el conjunto del sistema educativo, sin títulos fáciles ni chicanas.

La clave está en recuperar la idea de que para que a uno le vaya bien hay que estudiar y trabajar. Y eso es fortaleciendo el mundo del trabajo. Feliz día a los que trabajan, a los que la pelean, a los que están buscando trabajo, porque de todos ellos necesitamos para construir un país grande de verdad.

* Daniel Arroyo – Diputado nacional por la provincia de Buenos Aires.