“Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo”. 1956. Julio Cortázar
Cuando hablamos de neoliberalismo damos cuenta de la primacía de la lógica del mercado por sobre la política. Dos de las características más importantes del mercado son la transformación en mercancía de todo lo que se le cruce en el camino, incluidos por ejemplo los cuerpos y las almas; en segundo lugar, que el más poderoso domine y destruya al menos poderoso. Lo vimos durante los noventa en Argentina y más tarde en la pelea frontal que el gobierno de CFK le dio a los holdouts. Una de las pretensiones de los fondos de inversión, llamados en lenguaje nacional popular “fondos buitre,”, fue avanzar sobre la soberanía del Estado argentino apropiándose de nuestros recursos naturales o de diferentes bienes que son propiedad de todes les Argentines como parte de pago de las deudas que los mismos deciden y creen que Argentina tenía con elles.
Se resistió todo lo que se pudo a aquella lógica, hasta que regreso el neoliberalismo e hizo trizas las pretensiones nacionales, con una dirigencia autóctona que se sometió, pagando más de lo que aquellos solicitaban. Algunos socios del entonces presidente, integraban el staff de los mismos o eran tenedores de bonos de la deuda externa Argentina (Nicky Caputo).
Hoy vivimos en un mundo jaqueado por una pandemia que amenaza con llevarse puesta a una parte importante de lo humano de la humanidad y una de las respuestas para que ello no sea así la ofrece el mercado de medicamentos. El sector privado con ayuda de los Estados-nación que llevaron adelante la inversión inicial, desarrollaron las vacunas que pueden dar cuenta de este lamentable flagelo, pero la lógica del mercado (Patentes) impide que la solución llegue a los diferentes países en condiciones equitativas y estos últimos para poder acceder deben resignar parte de su soberanía. Así paso con Brasil y la vacuna de Pfizer, se filtró el acuerdo que dicho país firmo con la farmacéutica (BlackRock es uno de los fondos de inversión propietarios de la misma) más poderosa del mundo y ahora pasa con la modificación de la ley de vacunas en Argentina. Su reforma lleva a resignar parte de la soberanía nacional ofreciendo como garantía regalías petroleras. Recuerdo aquellos versos del genial León Gieco, 1978, cuando decía “es un monstruo grande y pisa fuerte”, entonces hablaba y habla de la guerra; hoy se puede aplicar, sin ninguna alteración al mercado neoliberal que intenta organizar las necesidades, los cuerpos, la salud, los vínculos, el deseo y las pasiones como mercancía.
Por José Manuel Grima – Ricardo Arias – Carlos Muggeri – Agrupación Sudeste – invierno 2021