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Un golpe de estado en el siglo XXI que amplió la grieta

Fue este quien llamó a realizar nuevas elecciones pero no conformes, lo presionaron hasta que se vio obligado a renunciar, comenzó el golpe de estado. 

Las democracias latinoamericanas están agrietadas cualquiera sea el color político del gobierno de turno. El caso de Chile con Sebastián Piñera quien lleva a cabo un modelo muy desigual, y por ende la gente salió a manifestarse. Ecuador con Lenin Moreno donde hubo muchas protestas también. Argentina eligió democráticamente a Alberto Fernández. Uruguay espera  las elecciones. En Brasil salió Lula luego de casi 2 años preso – estuvo allí sin tener condena firme- .

Con respecto al caso de Bolivia en sí, es el país que más crece en América del Sur. Evo Morales asumió el 22 de enero de 2006. 99 días después, emitió el decreto en el que decidía nacionalizar los recursos hidrocarburíferos del país. Comenzaba una etapa de nacionalizaciones y expropiaciones de compañías con recursos claves para el desarrollo económico, entre ellas el recurso minero. El PBI creció 4,6% anual los últimos 5 años, la desigualdad se redujo 25% desde que gobierna Evo Morales, la desocupación es la más baja de toda América Latina 4% y también la inflación 1,7%. 

Vayamos al grano. Partamos de la base que Evo Morales no debía presentarse a las elecciones porque ya tuvo dos reelecciones. Ignoró el artículo 169 de la Constitución y las evidencias que aportó la OEA sobre un posible fraude son incuestionables. La solución no es un golpe de estado. Evo renuncia por la presión de las fuerzas armadas. Las fuerzas armadas exigiendo la renuncia y encarcelando a un presidente constitucional es un golpe de Estado tradicional pero hay que tener en cuenta que la solución nunca son los fusiles. La solución es llamar a elecciones. Los golpes de estado siempre terminan de manera sangrienta, se llevan miles de vidas por delante. La dictadura en Argentina se llevó 30.000 personas. No se justifica con nada un golpe de estado. Siglo XXI y se sigue atropellando a las instituciones.

Pero me surgen interrogantes: ¿Por qué Evo no designó a un hombre de su partido político sabiendo que la Constitución le prohibía postularse nuevamente? ¿El ego por pertenecer en el poder le jugó una mala pasada?

Por Juan Pablo Firpo (@JuampaFirpo) – Jóvenes Compromiso Urbano por Tigre

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