“Desde aquel día remar en Tigre ya no es lo mismo. Y cada vez es más triste y más difícil ir para ese sitio para todos nosotros. Muchos de los alumnos no quieren pasar por allí y yo, que tengo tantos años de remo, siempre que paso por el lugar se me ponen los pelos de punta”, relató a NorteOnline, Fabiana Iriarte, remadora y profesora de remo del Club de Regatas L´Aviron.
Fabiana comenzó a remar a la edad de 13 años, en el Club Canottieri Italiani, “en una época en donde reinaban los hombres y los entrenadores masculinos no querían remeras femeninas”, refirió. Sin embargo, luego de ciertos intervalos en los que ha suspendido el remo al tener familia, regresando a los 35 años, dice haberse encontrado “con un remo totalmente invadido por mujeres”. En esta trayectoria deportiva profesional, “hace aproximadamente cuatro años descubrí una pasión que tenia oculta que era la de enseñar, mostrar lo que era el remo, enseñar a amar el rio. Para mí el remo es un estilo de vida, no concibo mi vida sin pasar por el agua un par de veces a la semana. Por ello, además de enseñar a adultos, comparto muchas horas con los más chiquitos, con niños desde los 5 años, y tengo la posibilidad de concientizarlos respecto al medio ambiente. Incluso hicimos una red para pescar con ellos botellas en el río, fomentando la idea y la importancia de sanear nuestros ríos”.
Por otra parte, desde hace 10 años Fabiana entrena y participa del Sudamericano de Asunción, habiendo obtenido alguna medalla de reconocimiento en aquel “máster de pista” y sobre lo que refirió “eso no es lo importante, lo lindo es ir, viajar haciendo lo que uno ama que es remar mientras conoces otros lugares y a otra gente”, a lo que agregó, “el día del accidente, un viernes que no voy a olvidar en mi vida, estábamos entrenando en la pista para el Sudamericano de Asunción, cuando fui al armario a buscar mi celular y me encontré con mi teléfono explotado de mensajes, más que nada porque todos sabían que Diego y Dani eran de nuestro grupo. Eran las 19:30 hs., dejamos los botes de entrenamiento y nos fuimos al Hospital de Pacheco”.
Fabiana se refiere a Daniela Arnolfo y Diego Rapoport, quienes el 15 de febrero pasado fueran víctimas del accidente náutico que conmocionó a todo Tigre, a la comunidad de remeros y al país.
Daniela, de 48 años de edad, madre de tres hijos, abogada y docente de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad de Lomas de Zamora, era además gran amiga de Fabiana, “la semana anterior habíamos tenido una cena en el club, estaba Daniela, estaba Diego, su marido, me acuerdo que habíamos pasado una noche hermosa”, recuerda Fabiana con suma tristeza en su relato a NorteOnline.
Al respecto del accidente y con su experticia en el tema Fabiana expresó que “Daniela estaba grave, le había agarrado la hélice y al ser una canoa boba no tiene reacción, por más que quieras hacer remadas para atrás esa canoa no te lo permite con rapidez y Daniela quedó abajo de la lancha. La pregunta es por qué la lancha no se detuvo. No tenia marinero de proa que avisara al conductor que no hicieran marcha atrás. Se tiró una chica que estaba arriba de la lancha, porque sino Daniela se hubiera ahogado ahí en el momento”.
Refirió que su amiga, la víctima, ya se encontraba en un estado de salud complicado desde que fuera rescatada del agua, con cortes en el tórax y en la cabeza producidos por la hélice de la lancha colectivo. Agregó que en el Hospital Pacheco Magdalena V. de Martínez al que fuera trasladada luego de ser asistida por el personal del Sistema de Emergencia de Tigre, “no le hicieron ni siquiera un drenaje para sacarle el agua podrida del rio Tigre”, añadiendo que “tenia comprometidos los pulmones y el fémur con fractura expuesta, por lo que el cuadro era irreversible de la cabeza a los pies”.
En las incongruencias de la vida suceden tragedias injustas como la de Daniela, una abogada y docente que, el mismo día en que su hijo menor cumplía años, salió a acompañar a remar a su marido para encontrarse 10 minutos luego en lo que sería el principio del fin de su propia vida.
Ya nada es igual en las aguas de Tigre, “desde ahí cambió todo, porque a todos nos da miedo pasar por el lugar, porque no se nos respeta, porque Prefectura está pintada, porque no hay medidas de seguridad. ¿No entendemos por qué Prefectura no se tiró al agua, por qué se quedaron mirando desde la costa? Siempre pensé que el personal de Prefectura sabía nadar y ahora me entero que no es necesario que lo sepan ni están obligados a tirarse al agua, increíblemente patético. Más allá de lo que le pasó a mi amiga Daniela, es que me pudo haber pasado a mí con mis alumnos, nos puede pasar a cualquiera”, expresó Fabiana.
Sobre ello, se han comenzado a movilizar varios referentes del remo, como ser la Asociación Argentina de Remo y la Comisión de la Regata Internacional de Tigre que asocia a todos los clubes de remo de la zona, poniéndose en comunicación tanto con Prefectura, como con la Asociación de lanchas y de catamaranes, indagando sobre las normativas que se están incumpliendo.
A su vez, Fabiana junto con Diego Rapaport, marido de la víctima, también abogado de profesión, proyectan la posibilidad de conformar una Asociación Civil sin fines de lucro para víctimas de accidentes náuticos.
“Hoy por primera vez Diego puedo salir a remar con nosotros. No lo hizo, lógicamente, para aquel lado, sino para el otro, para el lado de Hacoaj. Los recuerdo siguen a flor de piel, pero yo tengo miedo que la muerte de Daniela sea en vano”, concluyó Fabiana a NorteOnline, “sabemos que por ahora no podemos hacer mucho, que tenemos que cuidarnos entre nosotros, yendo con cuatrocientos ojos. Cuando salgo con los alumnos, a entrenar o con mi grupo estoy atenta a ver el bote que va adelante mío, a gritarle, estamos con los silbatos a full, pero, lamentablemente, más que eso hoy no podemos hacer”.