Agencia AJN.- La historia marca que el 13 de marzo de 2013, a las 19.06 desde la chimenea de la Capilla Sixtina, donde estaban reunidos los Cardenales electores, salió la esperada fumata blanca. El Cardenal Tauran pronunció en latín el “Habemus Papam” y poco después, desde el balcón de la Logia de las Bendiciones, se asomó el 266° sucesor de Pedro, el argentino Jorge Mario Bergoglio.
Lo cierto es que el papa mantuvo un profundo vínculo con la comunidad judía. El rabino Abraham Skorka, quien fuera rector del Seminario Rabínico Latinoamericano es amigo personal de Bergoglio desde hace casi 20 años e incluso compartieron programas de radio y escribieron libros.
Skorka conoció al papa cuando este era aún obispo de Buenos Aires. Fue a fines de la década de 1990, cuando fue invitado a participar del Tedéum en la Catedral de Buenos Aires, por el 25 de Mayo, en representación de la comunidad judía. “Recuerdo que me preguntó de qué club era hincha, y como yo soy de River y él de San Lorenzo, me hizo una chanza futbolera”, relató tiempo más tarde el rabino.
Con el correr de los años Skorka se convirtió en una suerte de puente entre Bergoglio y la comunidad judía y ambos contribuyeron al diálogo interreligioso y compartieron la edición del libro “Sobre el Cielo y la Tierra” que, con el nuevo pontificado, fue traducido a varios idiomas.
La historia cuenta que tras ser elegido como el nuevo Obispo de Roma, Bergoglio, que ha elegido el nombre de Francisco, dirigió sus primeras palabras al mundo: “Hermanos y hermanas, ¡buenas noches! Sabéis que el deber del Cónclave era de dar un Obispo a Roma. Parece que mis hermanos Cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo, pero estamos aquí. Os agradezco la acogida. La comunidad diocesana de Roma tiene su Obispo: gracias!”.
Claudio Epelman (director ejecutivo del Congreso Judío Latinoamericano) y Alberto Zimerman fueron otros dos representantes de la comunidad judía que trabaron amistad con el entonces arzobispo de Buenos Aires. Tanto Epelman como Zimerman compartieron la Nochebuena con Bergoglio en sus últimos años antes de ser elegido papa.
Epelman, quien conoció a Bergoglio en mayo de 2007, en Aparecida en Brasil, comentó que las cenas de Navidad con el cardenal de Buenos Aires eran “sin sofisticación” incluía gaseosas y sándwich de queso sin jamón, para respetar la costumbre judía. ”En Aparecida trabamos un vínculo personal y al fin de ese año fue la primera vez que fui a la Catedral a saludarlo por la Navidad”, rememoró Epelman.
El rabino de la comunidad Amijai y presidente de la Asamblea Rabínica Latinoamericana, Alejandro Avruj, como el actual secretario de Gobierno de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, rabino Sergio Bergman, compartieron la visita de Bergoglio en su etapa de cardenal.
Avruj recordó que junto a Bergoglio recorrieron “varias veces las villas lavándole los pies a los feligreses de la Villa 21, en la Capilla de Caacupé”.
En 20014, ya como máxima autoridad de la iglesia católica, el papa mantuvo un almuerzo con 15 dirigentes de la comunidad judía argentina, quienes pudieron disfrutar de una comida kosher y cantar en hebreo en la mismísima residencia de Santa Marta, en el Vaticano.
Nacido en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936, Bergoglio entró en el seminario el 11 de marzo de 1958 en la Compañía de Jesús. El 13 de diciembre de 1969 es ordenado sacerdote, recibe la consagración episcopal el 27 de junio de 1992 y es creado Cardenal por Juan Pablo II el 21 de febrero de 2001.