En una noche con sabor a poco en Victoria; el “matador” no pudo superar al equipo visitante y ahora peligra su continuidad en la Copa Libertadores y la posible clasificación a la Copa Sudamericana.
Lo que se pudo ver anoche, fue un duelo de necesitados. La victoria se presentaba como una necesidad imperiosa para no hipotecar el futuro de estos equipos en la Copa Libertadores. En el José Dellagiovanna Tigre recibió a Bolivar luego de haber perdido en sus tres primeras presentaciones del Grupo B. Además, el conjunto boliviano también llegó a la zona norte del conurbano bonaerense con la obligación de ganar y anhelando una posible clasificación a la Copa Sudamericana, dado que los terceros de cada zona accederán al segundo torneo más importante de América.
Los arqueros fueron determinantes para el resultado. Rojas terminó con la capa de héroe y Gonzalo Marinelli, con la máscara de culpable. El boliviano, de 24 años, se levantó como figura de Bolívar al rechazar el penal en el epílogo; adivinó la dirección del disparo de Magnín y también tuvo un guiñó del poste, donde rebotó la pelota. Por el lado del dueño de los tres palos azul y rojo, cabe afirmar que quedó señalado por el error que provocó el empate del equipo que conduce el argentino Claudio Vivas: intentó lanzar un pase a Agustín Cardozo, pero el delantero Claudio Riquelme interceptó la trayectoria y festejó la igualdad con un grito a todo pulmón.
Si bien para muchos de los espectadores, una de las figuras del plantel dirigido por Gorosito fue una de las incorporaciones, Pablo Magnín (autor del tanto que abrió el marcador de la noche) fue el propio jugador, quien se quiso hacer cargo de no haber conseguido la victoria para sus compañeros, ya que no pudo marcar la diferencia tras obtener la tarea de encargarse de ejecutar el único penal que tendría el encuentro. “La verdad estoy mal, me siento muy mal. Tuve en el pie la posibilidad de ganar el partido y me siento pésimo. Lo personal lo dejo de lado, quiero a Tigre en lo más alto y hoy siento que fallé y por eso soy culpable”, señaló el delantero, en la corta entrevista con la transmisión oficial de la Copa Libertadores. Ni el tiro del final logró revertir el rumbo: el arquero Javier Rojas le rechazó un penal al santafecino, en tiempo de descuento.
Cuando Magnín remató el penal, el arquero Marinelli evitó mirar la jugada. El ex River también sentía responsabilidad por el resultado, después del error que provocó el tanto de la igualdad de Bolívar. Pero, así como falló en esa acción, también realizó atajadas que posibilitaron a Tigre sostenerse en pie, en pasajes adversos para redimirse de lo hecho anteriormente. De hecho, en los últimos minutos se dio el ingreso del capitán y referente del equipo: Martín Galmarini, quien una vez finalizado el encuentro se quedo consolando a su nuevo compañero tras haber pateado el penal y no haber conseguido marcar para la victoria. los dos equipos se fueron disconformes esta noche de Victoria, porque se alejaron aún más de Palmeiras y Guaraní, los que hasta el momento están sacando el boleto a octavos de final.
Lo que viene para Tigre es recibir a Guaraní, el 1 de octubre. Cierra la fase de grupos el 21 de ese mes, visitando a Palmeiras en Brasil. Con este resultado, el equipo argentino que conduce Gorosito tiene un punto y está último en el Grupo B que lidera Palmeiras, con puntaje ideal.