Sin los docentes y su compromiso por enseñar nada es posible

Los maestros fueron durante mucho tiempo personas muy valoradas por las sociedades. Su profesión se consideraba respetable y su imagen era un modelo para los niños. En el mundo de hoy se asegura que esa percepción ha cambiado y dedicarse a enseñar ha dejado de ser atractivo para los jóvenes por diversas razones.

Pero la realidad que estamos atravesando vino a replantear muchos de estos supuestos y es aquí donde quiero reflexionar en este día tan especial.

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La Pandemia nos mostró que los docentes son profesionales que están calificados para poder continuar enseñando en contextos adversos, en forma virtual, por teléfono celular, acercando material impreso; que son capaces además de sostener vínculos afectivos a la distancia con sus alumnos y llegar a cada rincón de una u otra forma.

Es claro también, que el Estado está presente, que reaccionó con celeridad al cierre de las escuelas el 15 de marzo y con sus políticas públicas desplegó dispositivos pedagógicos para que todos y todas puedan acceder a la continuidad pedagógica, pero es real que, sin los docentes y su compromiso por enseñar nada es posible.

El propio Estado ha dado cuenta que su sistema educativo necesita fortalecerse, reinventarse ante estos nuevos escenarios porque existe un desafío aún mayor, mitigar las profundas desigualdades, garantizando una educación inclusiva y de calidad, pero esto es una meta que no puede lograrse sin maestros.

Las familias, en el acompañamiento desde los hogares ha comprendido que el docente es irremplazable, que no hay tecnología que lo suplante y que la tarea de enseñar es solo para expertos.

Aún en el caso de una situación de crisis sanitaria sin precedentes, la educación sigue encabezando la lista de prioridades para las familias, seguramente porque ven en ella toda posibilidad de perspectiva hacia el futuro. Pero un país con futuro justo, requiere sociedades educadas, por ello, hoy quiero reivindicar el rol docente y despertar el interés por esta profesión a los jóvenes que crean que esto es posible.

Tal vez esta situación excepcional que estamos transitando, venga a poner las cosas en su lugar, tal vez nuestra sociedad ha entendido que, los supuestos que describí al inicio de esta nota, ya en este tiempo son falaces, atemporales y que hoy más que nunca, los maestros son reconocidos por su trabajo, profesionalismo y esfuerzo, sosteniendo en estos tiempos difíciles la enseñanza, porque sin dudas, esta es una oportunidad única para que así sea.

Feliz día a todos los maestros.

Por Diego Di Salvo – Consejero General De Cultura Y Educacion – Provincia de Buenos Aires