Una dictadura que azotó a nuestra sociedad violando todo tipo de derechos y que aún hoy nos afecta en lo cultural, social y económico.
El 24 de Marzo de 1976 comenzaba la última dictadura cívico militar en nuestro país y se ponía en marcha un plan siniestro y sistemático de violación de los derechos humanos.
La dictadura se cobró miles de vidas, desaparecidos, exiliados y presos políticos, pero también hizo estragos en nuestra economía.
Esta época sangrienta no solo dejó una herida imposible de sanar en nuestra sociedad, sino que también condenó al empobrecimiento de las futuras generaciones a través de una deuda externa insostenible, la destrucción de la industria nacional, y un sistema de especulación financiera que marcaría el futuro del país.
El individualismo y materialismo que hoy parece haberse impuesto en algunos sectores de nuestra sociedad tienen su germen en la triste etapa iniciada con la dictadura. Se hace necesario romper con las miradas sectarias y encaminarnos en la reconstrucción de una cultura donde la dignidad del ser humano esté por sobre la desesperada ansia de consumo.
Hoy, veo con preocupación cómo nuestra sociedad se encuentra dividida. A los graves problemas de desocupación, pobreza, inseguridad, educación, sanitarios y ambientales se le suman los altos niveles de violencia e intolerancia con los que convivimos día a día. Necesitamos trabajar por una unidad real y comprometernos todos para poder sacar a la Argentina adelante.
Tenemos muchas deudas por resolver, pero estas problemáticas debemos solucionarlas desde y dentro del marco que nos otorga la democracia. La memoria es necesaria para aprender y no volver a repetir la triste tragedia que azotó a nuestra sociedad.
Que las consignas de Memoria, Verdad y Justicia nos marquen el camino para no olvidar nuestra historia, pero también para saber que NUNCA MAS debemos permitir que se irrumpa nuestro sistema democrático que tanto nos ha costado construir.
Por Fernando Coronel