¿Todos somos cómplices cuando toleramos la injusticia?
Digo que no es suficiente decir que la justicia mejorará poco a poco. Digo que cada uno de nosotros tiene la obligación moral de mantenerse de pie, hablar y conversar acerca del poder democrático. ¿Cuándo ves algo que no está bien en la política, debemos decir algo?: No hay consenso sobre “nada“. Hoy, por ejemplo, el “algo” a discutir, es la organización y funcionamiento del poder judicial; es un problema a resolver entre tantos.
No es alivio expresar “todo es un desastre”.
La elaboración de leyes es laboriosa y rara vez se realiza en línea recta.
La democracia es un acto, más bien es un proyecto colectivo compuesto por muchos actos donde se entrelazan en el escenario múltiples generaciones, y cada generación debe hacer su parte para ayudar a construir lo que llamamos la Comunidad Organizada, o sea una nación y una sociedad en paz.
Las personas comunes en esta época extraordinaria van ubicando cuales son los problemas prioritarios y necesarios de resolver.
Estamos en pandemia y quedara la marca de los efectos de la acción de los virus y las carencias humanas para resolver esta epidemia. Y las cuestiones que hay que solucionar son sistémicas y enredadas.
Mientras, el macrismo y aliados, no han pensado en la ayuda que necesitan los ciudadanos habitantes de Argentina, ante quienes juraron cuidarlos con honor y trabajo. El, muestra en acto que su camino es el sálvese el más fuerte, pícaro y corrupto. Sus medios económicos le facilitan ser forajido- fuera de la Ley-. Niegan que, en época de injustas desigualdades, la solidaridad y la compasión humana imponen cargas diferenciales para reducir la indignidad. Lamentablemente Macrid siempre está comprometido con la corrupción de los poderosos; sus cómplices tienen responsabilidad en los obstáculos para encontrar soluciones.
No obstante, con fortaleza, en todo el país muchos comprenden que es necesario dejar de lado la raza, la clase, la edad, el idioma y la nacionalidad para luchar por la dignidad humana.
En esto, es clave la conversación y lo acción de estos movimientos solidarios, que se extienden por todo el país. Han renunciado de sacar provecho propio de la crisis. Queda claro: el expresidente, que con pasaporte italiano vive en Paris, ahonda la grieta ética y patriótica, enfrentando a los trabajadores que fortalecen la democracia igualitaria.
¿El ex presidente, sigue en la timba, jugando los trucos del manual de la codicia antidemocrática neoliberal?
Sigue su lógica individualista e irresponsable, mientras una pandemia trastorna la vida de 44 millones de argentinos.
El cinismo como forma de vida le permite destruir los escenarios necesarios de convivencia democrática y republicana.
Alejado, con su pasaporte italiano, insiste con su charlatanería letal desde un dudoso podio de intocable y exhibiendo sus gustos de ricachón.
Se rindió en la batalla contra Covid-19 desde el día 1, cuando declaró que no había nada para preocuparse, que el problema era el pueblo. Y sigue escapando a la ciencia y la Constitución Nacional promoviendo las sugerencias dañinas y de sus coequiperas Carrió y Bullrich que también creen que solo lo esotérico-represivo cura del virus y del pueblo democrático.
Antes había renunciado a la economía endeudando al país, imponiendo la apertura generalizada, a pesar de que los expertos le advirtieron que los resultados podrían ser catastróficos. En Salud sucede lo mismo.
El neoliberalismo, tiene una historia de fracasos semiocultos en base a componendas con los medios de comunicación y los intereses económicos. La nación ha enfrentado graves desafíos antes, tal como lo hace hoy con la propagación del coronavirus, lo hara para la recuperación de la Justicia. ¡Estamos de pie!
Por Ricardo Arias y Mariano Añon – Agrupación Sudeste – Invierno 2020