Con estrictos protocolos sanitarios, unas 500 personas asistieron a la carrera hípica más importante de Sudamérica. El potrillo Cool Day se quedó con el triunfo sobre el final de la prueba.
El sábado pasado se corrió un Gran Premio Carlos Pellegrini distinto, el más extraño de la historia por la pandemia. Si bien las tribunas estaban semi vacías en el Hipódromo de San Isidro, un puñado de cientos de aficionados con protocolos sanitarios tuvieron el privilegio de asistir a la máxima fiesta del turf Sudamericano.
Tras un año con los hipódromos sin carreras durante más de la mitad del tiempo, fue la primera vez que el público se hizo presente en la pandemia. Pero claro, la imagen estaba lejos de ser la de siempre, sin esas 40 mil personas que este gran premio suele convocar, sólo unas 500 personas que se distribuyeron en las gradas, y en las mesas ubicadas en los salones de las tribunas Oficial y Paddock.
Los protocolos fueron estrictos, cada persona que ingresó tuvo que gestionar el PUIP (Permiso Único de Ingreso y Permanencia), donde se otorgaba un código QR para presentar en la puerta. Al entrar al predio, se tomaba la temperatura, debían usar el tapabocas y respetar la distancia social.
Los jockeys tuvieron que concurrir una hora antes del inicio de su carrera y tras finalizar su participación tenían que retirarse del hipódromo. En ese sentido, hubo una rotación permanente.
El intendente Gustavo Posse asistió al evento y celebró que se pueda realizar la carrera de turf más importante de Sudamérica. “Son 600.000 fuentes de trabajo en todo el país y la médula del funcionamiento está en el área metropolitana. Hubo un cumplimiento estricto de las normas sanitarias. La industria del turf está acostumbrada a trabajar con estos cuidados de bioseguridad, ya que hace 45 años que luchan contra las enfermedades del caballo y cuidan al personal”, indicó.
En el césped del hipódromo, el potrillo Cool Day conducido por Eduardo Ortega Pavón y entrenado por Alfredo Gaitán Dassie, venció ajustadamente a Pinball Wizard y Village King en los 2.400 metros del Gran Premio Carlos Pellegrini.
El entrenador Gaitán Dassie hizo historia, ya que consiguió su sexto Carlos Pelligrini con seis jinetes diferentes.
“Desde el comienzo de la pandemia empezamos a estudiar protocolos para que la industria del turf pueda volver a funcionar lo antes posible. Después de mucho esfuerzo y una gran lucha, se pudo correr la prueba más importante. Sin dudas, sin el apoyo del intendente no se hubiera logrado. No tuvimos ningún problema de contagios y se sostuvieron las fuentes de trabajo”, destacó Miguel Crotto, presidente del Jockey Club del Hipódromo de San Isidro.
El gran ganador de la jornada, el jockey Ortega Pavón expresó: “Es un sueño hecho realidad. Fue un año durísimo para todos, con mucha incertidumbre, sin saber si íbamos a poder correr y sobre todo con dificultades económicas. Por eso este Gran Premio tiene una importancia especial”.
En las horas previas al Carlos Pellegrini se llevaron a cabo tres grandes premios G1. En el Gran Premio Copa de Plata (2.000 metros) se impuso Elvas con la monta del jockey Juan Cruz Villagra.
Mientras que en el Gran Premio Anchorena fue para Irideo de Rodrigo Blanco. En el clásico para los velocistas, el Félix de Álzagar Unzué se lo llevó Strageos, con la conducción de Francisco Leandro.
La última carrera fue muy especial para los sanisidrenses con el Gran Premio Dr. Osvaldo Hugo Posse, con el triunfo de Isner, dirigido por José Da Silva.