Salud sexual y erotismo

Sin duda, cuando se habla de sexología, como la ciencia del sexo, los conceptos quedan en un lugar tan académico que se transforma en algo muy teórico, pero desconectado de la práctica.

Todos y todas somos seres sexuales desde que nacemos hasta que dejamos este mundo. La sexualidad es una forma de expresar quienes somos y como nos relacionamos, tanto con nosotros mismos como con el resto de las personas. Esto se trata de cómo nos vinculamos con nuestro cuerpo y los demás cuerpos.

En el transcurso de nuestra vida vamos a ir sorteando distintas crisis y problemas o simplemente vamos a ir cambiando la relación con nosotros mismos y con todo lo que nos rodea. La salud sexual se trata de poder conectar con nuestro deseo en estas distintas etapas. No hay recetas de cómo ni qué desear, pero muchas veces ni siquiera sabemos de qué se trata y, cuando nos ponemos a bucear, las aguas pueden ponerse turbias.
A través de nuestras vivencias se va programando una especie de mapa sexual, que nos excita, que despierta una pulsión de vida, o de muerte, como reaccionamos a los distintos estímulos.
“¿Cómo puede ser que esto me erice la piel?“; “esto me excita y me mojo toda”; “me encantás pero no se me para, te juro que es la primera vez que me pasa”; “empecé a tomar viagra y antes no se me paraba, pero ahora se me para todo el tiempo”; “no tengo ganas de garchar, ni quiero tenerlas”; “me excito mirando porno, ¿es normal?”; “siento que mi vida sexual terminó, ya tengo 64 años”. En el consultorio aparecen muchas preguntas. El 60 % de las personas en algún momento de su vida van a tener algún problema o inquietud respecto de su sexualidad, y la mayoría tiene solución. Por ello, es importante consultar a tiempo.
Pero… ¿Por dónde empezamos?
Conociéndonos ¿Dónde están las zonas erógenas? Eso solo es posible probando. Mirándonos la desnudez en un espejo, aceptándonos, bailando la música que nos gusta, estimulándonos en la intimidad. Fantaseando, leyendo un libro que nos erotice, pensando en algo que nos estimule, viendo porno… Todo vale.
Intimidad. Busquemos momentos de encuentro de conectar con el cuerpo y con el cuerpo del otrx, y cultivemos estos espacios, nutrámoslos con lo mejor que tenemos para dar.
Dra. Julieta Piñeiro – www.drajulietapinieiro.com

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