Desde la Revolución Industrial hasta la actualidad los inventos británicos han influido y modificado el modo de vivir, incluyendo máquinas y artefactos que transformaron el modo de producir, de comunicarse, de transportarse y demás. Uno de los inventos oriundos de las tierras inglesas más utilizado a escala mundial es la rotonda. Habiendo sido presentado por primera vez en el año 1909 en Letchworth Garden City, la rotonda se constituye de un giro de una sola vía pensado para ordenar el tránsito vial y evitar embotellamientos en las carreteras.
Algunas rotondas de fama distintiva son plaza de l’Etoile en Paris, donde se encuentra emplazado el arco del triunfo y Columbus Circle de Nueva York en Estados Unidos.
En la actualidad, en la Provincia de Buenos Aires, más precisamente, en los municipios de Zona Norte abundan las rotondas, ya que pudo ser comprobada su eficacia para la reducción de la velocidad de los vehículos, a la vez que permite hacer de los cruces una maniobra más ágil y segura.
Sin embargo, de solo transitar unos instantes por cualquier ciudad argentina es posible observar que bien, o se desconoce o no se respeta el orden de ingreso, circulación y egreso en este simple pero imprescindible invento británico. Y es que en nuestros usos y costumbres está internalizado la ley del más grande enlenteciendo la mecánica de la maniobra.
Se hace por tanto fundamental lograr explicar el correcto uso de la rotonda, en forma segura y ordenada, lo cual este diseño permite de manera sencilla.
La prioridad no es de quien tiene el auto más grande, ni el más lujoso, ni contrariamente el más lento o aquel en peor estado. Es mucho más simple. La prioridad es de quien se encuentra circulando en la rotonda. Solo luego aquel vehículo, a la espera, en las vías perpendiculares puede ingresar a la rotonda para continuar su circulación.
A tener en cuenta las normas de tránsito, ordenada y correctamente y así seamos todos felices.
Ruben Fleischer – RF Seguridad Estratégica
