Es peculiar que en este momento tan particular para el mundo, coincidan pascua judia y pascua católica. Quiero extender mis deseos de paz universal en este día y les comparto este relato sobre Roma, la ciudad católica por excelencia.
A Roma se la llama con diversos nombres, La Eterna, La Única, La Hermosa, del Amor, etc. Debe ser la ciudad sobre la que más se ha escrito, a la que más se le ha cantado, donde los enamorados vienen a jurarse amor eterno.
ROMA es mi Ciudad.
Describirla y sugerirles como conocerla es mucha responsabilidad, pero les diré que no importa como la recorran, ni el tiempo que tengan, busquen algo que los motive y piérdanse por las calles y vericuetos, tal vez pasen por el mismo lugar, o descubran algo impensado, sigan el aroma de un café o de una trattoría, no sigan a la masa y verán la verdadera Roma.
Roma esta siempre bella a pesar de sus años, estuve como siempre que vengo en el café el Greco, almorzando cerca de Piazza di Spagna y paseando con mis primas, anduve en una Vespa con mi primo y me sentí más romana que nunca.
Esta es una de las ciudades en la que nunca estará terminado el contenido, porque cada vez que vengo veo algo nuevo.
Escribiendo sobre Roma me pregunto cuanto es lo que debería contarles, porque sobre ella se puede escribir un manual con solo enumerar todo lo que hay para ver y si a eso le agregamos las explicaciones no sé si no será excesivo, para este sitio. Roma es toda ella un gran Museo al aire libre.
Siempre me pueden consultar y encantada les puedo ampliar el tema.
Vengo a Roma desde antes de 1980. En esta ocasión vine con mi hija y mi yerno (2011) alquilamos un auto y llegamos a casa de mi primo, en el Quartiere de La Garbatella, este barrio se construyó entre las dos grandes guerras como viviendas populares. Es uno de los barrios donde se puede apreciar la vida romana. Nació con la denominación de “rojo” ya que albergo a muchos dirigentes de izquierda. Hay edificios con arquitecturas diferentes entre ellos, muy lindos, vale la pena que entren a los patios que están abiertos y miren a su alrededor. El teatro Palladium es un buen ejemplo.
Aquí solo vendrán si es un romano el que los traiga. La vida nocturna es animada, con innumerables pubs y discotecas, también verdadera cocina romana tradicional en muy buenas trattorias y pizzerías donde les recomiendo los de «pizza al taglio», hacen muchos tipos y se puede comprar en trozos. Es muy fácil llegar en subte, a las estaciones Ostiense o Garbatella.
Salimos a cenar, a la Osteria dei Pazzi, Vía Enrico Cavero 22 – Garbatella, muy bien decorado, la mesa puesta con platos de sitio de plata, igual que los cubiertos, copas de cristal, platos de loza inglesa.
La comida exquisita, platos modernos pero con todos los elementos de la cocina italiana, de entrada comí camarones asados con una mayonesa de mango y unas verdura crocantes, además sardas en tempura y reducción de ananás, el otro plato fue pasta con cigalas con una salsa de echalotes y naranja, un mini postre corazón de gorgonzola recubierto de chocolate, algo muy particular pero delicioso. Tomamos un vino tinto 2012, Lambrusco. Pago mi primo y ni idea del costo. Por suerte estábamos a dos cuadras de la casa.
Una de las primeras veces que vine a Roma me llevaron hasta el Circo Massimo. Fue el quinto rey de Roma quien lo mando construir, para carreras de carros. Fue el circo más grande Roma.
De forma alargada, la pista de arena de 600 metros de largo y 225 de ancho. Ubicado en el valle entre los montes Aventino y Palatino. Tenía una capacidad de 300 mil personas. Las gradas eran de madera y en el año 31 fue destruido por un incendio. Queda muy poco del circo, impresiona aún la gran extensión cubierta de césped. Las ruinas a los costados eran residencias de patricios romanos y tribunos.
De espaladas a un lado del circo se encuentra la iglesia de Santa María in Cosmedin, más conocida por la Bocca della Verita. Es de origen medieval, fue construida sobre el Templo de Hércules en el Siglo VI.
Esta bellamente decorada, el coro, el baldaquino sobre el altar mayor, y los mosaicos del piso son una hermosura. Cosmedin deriva del griego kosmidion que quiere decir bello.
Desde la parada Ostiense en subte fuimos hasta el Colosseo (Roma tiene una buena red de subte, aprovéchenla). Hicimos una visita entre guiada e independiente, no les voy a contar demasiado, solo que fue el emperador Vespasiano en el año 72 DC. quien lo mando construir, para entretenimiento del pueblo con luchas de gladiadores y animales salvajes. Vale la pena que lean sobre este coloso, su historia es fascinante.
Desde allí tomamos la Vía dei Fori Imperiali, cuyos restos les podrán dar idea de lo que fue Roma hace más de 2000 años. Sobre la izquierda (pasa desapercibida) nos encontramos con la iglesia de San Cosme y Damiano. Construida sobre un templo romano en el año 527 (En el interior a través de un piso de vidrio se pueden ver los restos del antiguo Foro). Ni bien traspasamos la entrada contemporánea nos encontramos con un bello claustro.
El interior es esplendido, el ábside de bellísimos mosaicos bizantinos muestra un Cristo Pantocrátor y las ovejas que representan los doce apóstoles, y el cielorraso dorado con cassetoni (cuadrados como cajas).
Es difícil decir cual es la iglesia más hermosa o los mosaicos más bellos, este es exquisito y cautivante. El claustro es hermoso.
Por suerte son pocos los lugares que no conozco así que no hago colas, como esta, inmensa para entrar a los Fori Romani. Disfruto la ciudad y muchos de sus rincones
En Vía Cavour, que corta perpendicularmente a Vía dei Fori Imperiale, a pocas cuadras se encuentra la iglesia de San Pietro in Víncoli, famosa por la escultura de Miguel Ángel del Moisés del año 1515. Se cuenta que al terminarla la vio tan perfecta que le dio un martillazo en la rodilla diciéndole «perche non parli» (porqué no hablas). Es lo que se cuenta, que hay de verdad no sé, pero de verdad le falta hablar.
La Vía dei Fori Imperiali nos lleva a Piazza Venezia, con el monumento llamado El Vittoriale, construido en honor a los caídos en la guerra. Si pueden suban hasta la terraza donde hay un bar con una hermosa vista, no importa la hora siempre pueden tomar o comer algo y gozar de tanta historia y de la vista insuperable.
Frente a la Piazza Venezzia están el Foro, los Mercados de Trajano, y la hermosa Columna de Trajano de 30 metros de altura con bajos relieves de escenas de guerra.
En este lugar en la iglesia de Santa Maria di Loreto, vi por primera vez una estatua de San Expedito.
Aquí al lado de la iglesia en la calle Foro Traiano 85 y frente a la columna del mismo nombre se encuentra la entrada al Palazzo Valentini, del año 1583, que tras unas excavaciones en el año 2010 se descubrieron los restos de esta casa romana o Domus Romana, de increíble belleza y riqueza.
La visita trascurre a siete metros de profundidad, son varias las casas pudiendo ver pisos decorados con mosaicos, paredes pintadas y una gran columna de granito gris de Egipto de dos metros de diámetro, algo que si no lo ves no se puede creer, y no podía faltar un baño romano.
Es muy buena la combinación de gráficos y reconstrucción virtual que nos dan una idea del esplendor que tuvo esa época.
No es fácil explicar lo que se vé pero más aun lo que se experimenta, si les gusta saber cómo fue la vida y la sociedad en la antigüedad, les recomiendo que hagan la visita. Se hacen las reservas en el lugar o por Internet.
Esperando la hora de la visita, fuimos almorzar al restaurante Le Lanterne, en Vía della Pilotta 21, que nos quedaba cerca, comimos muy bien. De entrada, unos quesos y verduras fritas y crostini romani, después yo, spaghetti alle vongole, tomamos vino tinto.
La Piazza Venezzia, es magnífica, es uno de los centros neuralgicos de la ciudad. Desde alli podemos ir a la bellísima Piazza del Campidoglio, diseño de Miguel Ángel del año 1536, en el centro la estatua de bronce del emperador Marco Aurelio, de 4 metros de altura, fundida en el año 176. Otra vez les digo que todos estos sitios tienen detrás una larga historia, como esta plaza y su bella escalera, ya que está situada en la cima de una colina que domina el Foro Romano.
Desde aquí arriba pueden acceder a la hermosa iglesia Ara Coeli, y evitar subir la empinada y bella escalinata. Tuve la suerte en un viaje anterior, presenciar un casamiento, tiene una enorme cantidad de arañas de caireles y en esa oportunidad estaban todas encendidas, era una maravilla. El frente es de estilo románico, su interior barroco y renacentista.
Se darán cuenta que a cada rato nos quedan cosas por ver, por eso la explicación puede ser algo desordenada. Les sugiero que tengan un mapa solo del centro de Roma no muy chico y marquen en él lo que más les gustaría ver y hagan su recorrido, además no dejen de tomar, café, helado, pizza, Campari y almorzar.
Aquí todo está cerca y de tal concentración de atracciones que es imposible sustraerse a la tentación de querer ver todo, para recorrer y disfrutar de Roma hay que tomárselo con calma. No pretendan ver todo la primera, ni la segunda, ni la tercera, así de denso es lo que hay para ver y conocer y además comer y probar las especialidades y deliciosas comidas.
Bajando desde el Campidoglio girando a la izquierda a unos 200 metros se ven los restos del Teatro Marcello, que la construcción es similar al Colosseo. Siguiendo por esa calle se entra a lo que fue el barrio judío, no quedo mucho, solo unas cuadras y algunas placas en el piso, recordatorio de donde detuvieron a alguien. ¡Hay restaurantes y bares! Y la especialidad es alcauciles a la judía.
En esta oportunidad estaba con mi hija y mi yerno, él era la primera vez que venía y comprendía su ansiedad. Yo viene infinidad de veces de manera que solo voy a algún lugar nuevo o a disfrutar los que más me gustan.
Si vuelven a Vía del Corso hasta Piazza Colonna, llamada así por la columna de Marco Aurelio, a la derecha se encuentra la Galería Alberto Sordi, que tiene forma de ve corta y un techo de vitreaux hermoso, hay negocios de marcas famosas y cafés. Comí un panino con salmón y un rico café. En la librería Feltrinelli, no me pude resistir a una sfogliatella y otro café, pero también compre dos libros.
Saliendo de la galería a una calle de distancia se entra al pasaje de un edificio precioso el Palazzo Sciarra.
Allí cerca está La Fontana di Trevi, también atestada de personas. Nos sorprende al encontrarla tan enorme y escondida. Diseño de Nicola Salvi, completada en 1762. Hicimos lo que todos, tiramos un soldino como dice la canción Arrideverdi Roma.
Para los que no se cansan de entrar a todos lados (como yo) también allí a la vuelta en la Vía Caravita 8, se encuentra la Iglesia de San Ignacio de Loyola, de estilo barroco, construida en el 1626. Tiene una arquitectura riquísima y esta profusamente decorada con bellísimos frescos. Pero lo que la hace particular es la técnica de pintura llamada trompe l’oeil, en francés y quiere decir trampa para el ojo. La cúpula es una tela pintada que simula la profundidad que no existe. El autor es el pintor Andrea Pozzo. Siempre que vengo a Roma vuelvo a verla.
Seguimos hasta el Pantheon, del Siglo I, es el edificio mejor conservado de Roma. Monumento de una belleza única y de una arquitectura increíble, dedicado a todos los dioses. La particularidad que no tiene cúpula y el techo es abierto. ¡Piensen en la época que fue construido!
Recuerdo una vez que vine con Pedro, mi esposo, y nos quedamos a cenar justo enfrente, en la Hostaria Pantheon, en la plaza que estaba delimitado por macetas, por el tráfico, todavía no habíamos terminado y los mozos empezaron a llevarse las mesas vacías, luego las macetas más lejos y por fin las que teníamos al lado, resultado las motos pasaban rozándonos. Cosas que suceden en Italia. Ahora esta diferente, pero salvo el lugar la comida no es muy buena.
Y si les pasa como a mí que me perdí, que por suerte me encontré frente a las ruinas del Teatro Adriano, del que quedaron once columnas monumentales con capiteles corintios y el frontispicio. La plaza se llama Piazza di Pietra, es del ancho de una calle, y como dicen los italianos es casi un «salotto al aperto» living al aire libre, está detrás el Pantheon. Por suerte había un barcito precioso, Salotto 42. Admirando el monumento no había reparado en el frente del bar, así que me senté porque no había gente y además en un extremo había un trio de cuerdas que tocaba música clásica, la gente que pasaba sacaba fotos, yo me dije que me estarán confundiendo con alguien famoso (jajá).
Tome un café shakerato, que es café frío batido, servido en copa de Martini.
Cuando me iba mire que estarían fotografiando, ya van ver.
Me encanto la plaza ya que tenía delante las hermosas columnas del Templo de Adriano, casi nadie dando vueltas
Volviendo a Piazza Navona pasamos por Santa María Sopra Minerva, una de las pocas iglesias góticas de Roma, es hermosísima con su cielo azul con estrellas. Tiene obras de Miguel Ángel, Bernini y Fra Filippo Lippi.
Piazza Navona, es la plaza barroca más hermosa de Roma, fuimos a almorzar a un restaurante histórico Tre Scalini, era más para el cholulaje que por la comida. Pero la vista de esa plaza que en un tiempo fuera el estadio romano de Domiciano, con las bellas fuentes vale lo que costo el almuerzo.
En el centro de la plaza está La Fontana dei cuatro fiumi, la fuente de los cuatro ríos conocidos en esa época, el Nilo, el Ganges, el Danubio y el Rio de la Plata. La fuente es obra de Gian Lorenzo Bernini, de 1648. Hay otras dos fuentes en los extremos de la plaza una de Neptuno y la otra del Moro. Hay una leyenda que dice que la estatua que representa al río de La Plata tiene una mano como tapándose la cara, para no ver la iglesia de Santa Inés obra de Borromini, debido a que Bernini y Borromini eran rivales.
Los palacios que la rodean están construidos donde estuvieron las gradas del estadio, uno es el Palazzo Pamphili, embajada de Brasil y la iglesia de Santa Inés del arquitecto Borromini.
A la mañana siguiente fuimos a Piazza di Spagna, que por suerte a pesar de la gente se podían ver las azaleas que llenan las escalinatas y que llegan hasta la iglesia de Santa Trinita dei Monti. Mientras que a sus pies esta la famosa Fontana della Barcaccia (fuente de la barcaza), obra de Pietro Bernini y su hijo el no menos famoso Gian Lorenzo Bernini, los cuales tuvieron que superar algunos obstáculos para que llegara el agua a la misma, construida en 1627
Sobre el lado derecho de la escalinata se encuentra la casa donde vivió John Keats, poeta inglés.
Esta plaza es un encuentro de varias calles, como Vía del Babuino que llega hasta Piazza del Popolo, Via Concotti, y opuesta a Vía del Babuino la columna de la Inmaculada Concepción en Piazza Mignanelli.
A pocos metros, en Vía Condotti está mi café favorito el histórico El Greco, del siglo XVIII, lugar también favorito de escritores músicos y artistas, Goethe, Liszt, Byron son algunos. Se pueden imaginar que hacia allí fuimos y en esta oportunidad tome un café shakerato.
Por Vía Condotti, donde el glamour se da cita con precios de infarto, llegamos hasta Vía del Corso y por ella seguimos hasta Castel Santangelo, cruzando por el hermoso Ponte Sant’Angelo, peatonal, bordeado de estatuas de ángeles.
Construido en el año 135 bajo el emperador Adriano que debería ser usado como mausoleo para él y su familia, en el año 139 se convirtió en fortaleza. En el año 403 paso a formar parte de la Muralla Aureliana.
En el año 1277 se construyó un corredor fortificado de 800 metros de largo que conectaba el castillo con la Ciudad del Vaticano para que el papa pudiera escapar en caso de peligro. Se puede ver perfectamente.
El ángel que lo corona es por una visión que tuvo el papa Gregorio I anunciando el final de la peste. Usado como residencia de los papas luego como prisión, ahora es un museo.
Tomando la Vía della Conciliazione nos lleva a la famosa y bellísima Piazza di San Pietro, diseño de Bernini en 1656/1667, sede del poder terrenal de la iglesia católica. La magnifica basílica del siglo XVI, cuya cúpula es obra de Miguel Ángel. En su interior se halla una de las más bellas esculturas de Miguel Ángel, que es la Piedad, contaba solo 25 años cuando la esculpió.
El baldaquino una obra barroca de Bernini de 1624. El interior es insuperable, y sigo pensando que algún gen de locura debía tener mis antepasados. Su grandeza es inesplicable, espero puedan conocerla.
Si todavía les quedan fuerzas, el barrio de Trastevere esta muy cerca, sino pueden tomar algún medio. Es una zona llena de bullicio, y encanto casi como antaño. Este lugar es la cuna del famoso restaurante La Parolaccia, que nosotros tenemos una sucursal en Buenos Aires, aunque la modalidad no es la misma que la romana.
Las callecitas estrechas y desordenadas están llenas de negocios y restaurantes, donde comerán bien romano. Si le gustan los alcauciles, prueben a » la judea «. buenísimos.
Por el Viale di Trastevere se llega a la Piazza Santa María in Trastevere, con la iglesia homónima cristiana del Siglo III. En la fachada hay mosaicos de la Virgen de influencia bizantina, como el hermoso ábside con historias de la vida de la Virgen María.
No había mucha gente y era un placer sentarse con tan bella vista y algo rico para tomar.
Nos recomendaron un restaurante donde van los locales y comimos rico y bien casero y muy económico.
El ultimo día fuimos a Piazza del Popolo, para ver en la iglesia Santa María del Popolo donde hay dos obras de Caravaggio. Toda la iglesia es un museo ya que tiene varias obras del renacimiento, es una de las más antiguas de Roma, y las dos iglesias gemelas Santa María dei Miracoli y Santa María in Montesanto, de estilo barroco yque desde la antigüedad fue la puerta más importante de Roma, desde ella comienza la Vía Flaminia. En el centro de la plaza hay un obelisco egipcio de la época de Ramses II, año 1200 a C. traído a Roma por Augusto
Desde la plaza salen tres calles (a las que se les dice el tridente), Corso, Ripetta y Via del Babuino, las tres convergen exactamente en el obelisco.
Leí en un folleto que esa «era la entrada al país de las maravillas», estoy de acuerdo.
Relativamente cerca está el Ara Pacis Augustae, se trata de un altar construido en el año 9 a C en honor a la diosa romana Pax, por decisión del Senado, para festejar las victorias de Augusto, que llevaron a Roma a un largo periodo de estabilidad.
Es de forma rectangular, de 11 metros por 10 metros, construido en mármol de Carrara. Tiene una puerta al frente por donde entraban los sacerdotes y una posterior para los animales para el sacrificio. Estaba al cuidado de las vestales.
Muestra de cómo estaban pintados los frisos.
La historia de los frisos es muy interesante, si lo visitan pregunten o usen una auto guía.
En 1938 durante el gobierno de Mussolini se inauguró la reconstrucción. El altar se encuentra dentro de un moderno edificio diseño de Richard Meyer como en un cofre, protegido por paneles de vidrio, los del lado interno están adornados con bajos relieves.
Desde Piazza del Popolo por vía del Babuino, que es una calle recta llena de negocios elegantes y algunos bares llega hasta Piazza di Spagna, recorrimos el centro con negocios que solo mirar los precios son de infarto. Pero nos dimos el lujo de almorzar en Nino en Vía Borgognona 11, donde solo van los turistas que son muy conocedores de Roma. Demás estar decirles que comimos re bien en un ambiente de decoración clásica.
Seguro conocen los «macaron», el café y el postre lo tomamos en La Duree, que estaba (porque cerró) en Vía Borgognona 5. Precioso el lugar y riquísimo todo.
Cenamos en casa de mi primo Giorgio, yo fui a un concierto en la iglesia de San Ignacio, cantaba un coro de Missouri, había un joven tenor muy bueno. Carolina y Pablo a una visita nocturna en el Vaticano. Volvieron maravillados, es para recomendar.
Roma es una ciudad que hace sentir que uno está vivo, que el tiempo es poco para asimilar tanto.
En el viaje del 2017, paré en Anguillara Sabazzia, que queda a 40 km de Roma y en tren, que son muy buenos, y se llega rapidísimo. Roma nos sorprende siempre, en Largo di Torre Argentina, llamada Área Sagrada, nos encontramos con algo inesperado, ruinas de cuatro templos romanos del Siglo II a C que incluían el Teatro de Pompeyo, donde Julio Cesar fue apuñalado el 15 de marzo del 44 a C.
Queda cerca del Pantheon, de Piazza Navona y de Campo di Fiori. Hicimos un poco de shopping y fuimos a las Scuderie del Quirinale. Era el lugar de las caballerizas, un palacio precioso con una escalera muy ancha, de piedra por donde subían con los caballos. Había una muestra de «Caravaggio a Bernini «. Obras del museo nacional de Madrid y El Escorial de la escuela de Michelangelo Merisi, detto il Caravaggio, Guido Reni, José de Ribera. Me encantó un enorme cuadro de los arcángeles, obra de Massimo Stanzione de 1620. Me quede buen rato para grabarlo en la retina, los colores brillantes y el rojo casi furioso era fascinante. Esculturas y bronces de Bernini, un Cristo crucificado sin la cruz, algo magnífico y delicado a la vez.
En le Scuderíe fui a la cafetería a tomar un café. Muy linda la vista sobre la Pizza del Quirinale y algo del Palazzo del Quirinale, este último residencia del presidente de la república y emblema del estado italiano. Interesante ver el cambio de guardia y a los «Corrazieri» cuerpo de guardia del presidente.
Esta obra me gustó mucho, se llama «tondo» (redondo) y es de Bellini un artista sublime.
Nos dirigimos a Campo di Fíori, plaza donde todos los día hay un enorme mercado, para almorzar, algo tarde, eran más de las 15, en el restaurante Campo di Fíori, comimos una entrada de Prosciutto di Parma y mozzarella de búfala, no me acuerdo que fue mi plato que era pasta, mi postre Tiramisú. Esta Zona es muy animada a cualquier hora del día, por la mañana hay mercado que cubre toda la plaza y luego los bares abiertos hasta tarde.
En el centro de la plaza hay una estatua de Giordano Bruno, filósofo italiano que fue quemado acusado de herejía en el año 1600.
Al día siguiente visitamos la Domus Aurea, Casa de Oro, pero antes almorzamos en un restaurante de frente al Coliseo, «Oppio Caffe «, en Vía delle Terme di Tito 72, comimos muy bien. El café se llama así, porque esa zona esta sobre una de las siete colinas de Roma llamada Colle del Oppio.
Solamente la abren dos veces en la semana y es con reserva. La Domus es uno de los últimos hallazgos visitables por el gran público, es el palacio que había hecho construir Nerón para su vivienda. Exclamando cuando la visito » Por fin ahora puedo vivir como un ser humano »
Se empezó a construir en el año 64 después del gran incendio. Ocupaba unas 50 hectáreas entre los montes Palatino y Esquilino. Después de la muerte de Nerón aún sin terminar y dañada por incendio del año 104, fue cubierta de escombros por orden del emperador Trajano. Cosa que contribuyó en parte a su conservación.
En una de las salas nos dieron unos cascos de realidad virtual, donde se proyectaba en 360 como debía haber sido ese palacio de proporciones desmesuradas y de gran lujo que ocupó gran parte de la ciudad.
Lo que se visita es una mínima parte de lo descubierto. Lo que se puede ver es la magnificencia y grandeza de las habitaciones y salones donde Nerón mostraba su poderío a los que lo visitaban. Frescos, estatuas, fuentes, sistemas de agua y ventilación y sobre todo el cuidado por lo bello.
Salí sorprendida, maravillada y casi incrédula de lo que había visto.
Fuimos hasta Piazza di Spagna, y tomamos café y té en el Babington’s Tea Rooms, salón tradicional inglés fundando en 1893.
En mi viaje de abril de 2018 fuimos a visitar la que fue la residencia de Mussolini, el Palazzo dei Principi di Torlonia.
Es una residencia de estilo neoclásico, llamada Casino Nobile, con un gran parque que incluye un Casino dei Principi (era una residencia para huéspedes).
Además de un teatro, una Limonaia (jardín con limones) una caballeriza y algo muy curioso, otra residencia llamada La Casina delle Chivette, La Casita de las Lechuzas, su nombre le vine por los hermosos vitreaux con lechuzas. Aquí se instaló el descendiente de la familia, Giovanni Torlonia.
Después de visitarla y deleitarnos con los hermosos frescos e innumerables y bellísimos vitreaux, fuimos hasta la caballeriza donde hay un restaurante que se llama La Limonaia.
Comimos unas pizzas riquísimas y pensé por el tamaño que no la terminaría. Error, cada una se comió la suya. La mía con rúcula, tomates, parmigiano y jamón de Parma.
Quisiera poder trasmitirles todo mi entusiasmo por esta bella ciudad, por todos los bares, restaurantes, heladerías, pizzerías, museos, palacios y la enorme cantidad de fuentes, plazas e iglesias, y también la infinidad de historias que se cuentan. A cada instante me viene a la memoria aquel lugar en el que estuve hace tanto tiempo, como las Termas de Caracallas, o Villa Borguese, por lo que estoy pensando en hacer un listado de todos ellos, con la seguridad que vuestra curiosidad los impulsara a investigar, visitar y tal vez consultarme, que les contestare con gusto.
Aquí estoy de vuelta en mayo 2019, después de casi dos meses y haber hecho 4000 kilómetros con el auto intacto, que en Italia no es poco. Esta vez me quedare en Anguillara Sabazia en el Lago di Bracciano, 6 días con mi familia.
Vinimos en tren hasta Roma y desde Piazza del Popolo, y caminamos toda Vía del Babuino hasta Piazza di Spagna.
Despues de admirar la escalinata y la iglesia di Trinita dei Monti, seguimos hasta el Palazzo Doria-Pamphilj, en Vía del Corso 305, una preciosura. Es enorme, ocupa toda una manzana y es la única mansión privada donde reside la familia, en este caso la princesa.
Tiene un hermoso patio con naranjos al que asoman todas las galerías.
En el lugar donde habían estado los establos ahora hay un bar.
Aquí residió el papa Inocencio X, y la sala donde recibía es, ex profeso muy larga, para que los visitantes sintieran el poder de quien los recibiría.
Todas las salas son hermosas, pero se destacan la de los espejos, de estilo barroco cuyos espejos venecianos son del siglo XVIII.
La capilla que parece una caja de bombones es diseño de Carlo Fontana.
La sala de baile toda tapizada en tela y un lugar especial para los músicos con un arpa única.
Una sala con una colección de obras de arte impresionante, con telas de Fra Filippo Lippi, Rafael, Velazquez con un retrato de Inocencio X de 1650, Caravaggio La sagrada Familia con ángel músico, la Magdalena, Tizziano, Caracci y tantos otros.
Otra de las salas contiene enormes esculturas de mármol. Fue un placer recorrerlo y descubrirlo, nunca lo había visitado. Si pueden dediquenle algunas horas.
Después fuimos hasta el Portico D’Ottavia, cerca del teatro Marcello, la zona del antiguo Ghetto para almorzar en el famoso restaurante Gigetto, fundado hace 96 años, (dicen hacen los mejores alcauciles a la judía de toda Italia). Ubicado en una vieja cantina donde se come la auténtica cocina romana.
Almorzamos espaghetti cacio e pepe, después un plato de verduras delicioso, “vignarola” hecho con alcauciles, habas, arvejas, cebolla y jamón. No iba a dejar de probar los famosos alcauciles, que parecen una escultura y de verdad que son muy ricos. La fama de buen restaurante la tiene bien merecida.
Desde el Teatro Marcello volvimos hasta Vía del Babuino y tomamos café en un bar muy pintoresco que era el taller del escultor Canova, se llama Restaurante Canova-Tadolini, estarán rodeados de esculturas en un ambiente refinado.
Algo que tenía pendiente de mis viajes a Roma era ir al lugar donde había nacido y pasado mis primeros años de vida.
De manera que en auto fuimos a Roma hasta la zona de Ponte Milvio, que es donde nací y viví de chica.
Paseamos a lo largo del Tevere y almorzamos en el restaurante Mister Saggio – L’ Artigiano della Birra, en Vía Tor di Quinto 17, unos pici cacio e pepe (tipo de spaghetti grueso hecho a mano) y una novedad para mí, recubiertos con alcauciles cortados finitos y muy crocantes, una delicia, y aprovechando estar en Roma pedimos los alcauciles a la judía, que me encantan. Como este restaurante, de autor, hay infinidad y se come muy bien en todos.
Fuimos hasta el complejo de edificios en la zona de Giuseppe Mazzini. Las calles del barrio tienen nombres de pintores. La casa donde vivíamos está en Vía Massaccio.
Fue muy emotivo ver ese lugar al que no había vuelto nunca, tenía un vago recuerdo de un portón con rejas. Por lo que estuve averiguando el lugar cambió bastante, ya que el complejo de edificios de departamentos ahora está dentro de un lugar cerrado.
Era mi último día en Roma y quería ir a despedirme, con la metropolitana fui hasta Piazza del Popolo, donde inicié mi paseo por Vía del Babuino, menos mal que no tenía ganas de comprar, porque en esta calle se puede dejar en bancarrota a cualquiera billetera.
En Vía Margutta (Vía muy amada por los romanos) es una calle angosta y relativamente corta, hay muestras de pintores y de diversos artistas. Almorcé en la Osteria Margutta, Margutta 82. Lugar pintoresco con historia, agradable ambiente y comida estupenda, comí como entrada alcauciles salteados con bottarga, y spaghetti alla carbonara, de postre la torta della nonna.
Mañana tomare el tren Frecciarossa para ir a Bolzano. Arrivederci Roma mia.
Por Silvana Salvucci, autora de www.recorreitalia.com – s_salvucci@yahoo.com.ar
