Manuel Belgrano es el mejor ejemplo de buen político.
Fue capaz de renunciar a su confortable vida para trabajar por la libertad. Conciente de que dicha tarea no iba a ser sencilla y necesitaba liderazgos ejemplificadores, fue capaz de renunciar también a honores y riquezas.
No se dejó conquistar por la seducción de poderosos que solo querían hacer buenos negocios, ni por los que solo les interesaba continuar disfrutando de los privilegios del cargo y el poder.
Era conciente que su causa era la independencia política, y la formación de gobiernos donde se dejaba de ser súbditos para ser el pueblo representado.
Para San Martin, Belgrano fue “..el mejor de todos.”
Dejó su salud y su fortuna en la lucha por la libertad, la que sabia que debía defenderse con educación, buenos gobiernos y desarrollo económico.
Murió enfermo y en la extrema pobreza. Lo dió todo.
Un buen ejemplo donde debería mirarse la dirigencia política, empresarial y social de la Argentina si quieren solucionar muchos de los problemas actuales que tenemos.
Al decir de Don Manuel.. “A quien procede con honradez nada debe alterarle… Nunca he faltado a mi palabra”
Eso significaba que la ejemplaridad y la decencia eran fundamentales para liderar moralmente una causa.
Mucho de eso le ha venido faltando a la política de los últimos años en Argentina. Fundamental recuperarlos para sostener el proyecto de Nación.
Por Carlos Castellanos