Desde fines del siglo XXI las mujeres argentinas veníamos luchando por nuestros derechos cívicos hasta que un 23 de septiembre 1947 Eva Duarte anunció el proyecto de ley que daría el voto a la mujer, en medio de un gigantesco acto en Plaza de Mayo.
“Mujeres de mi Patria, recibo en este instante de manos del Gobierno de la Nación, la Ley que consagra nuestros derechos cívicos y la recibo entre vosotras con la certeza de que lo hago en nombre y representación de todas las mujeres argentinas, sintiendo jubilosamente que me tiemblan las manos al contacto del laurel que proclama la victoria.
Aquí está, hermanas mías, resumida en la letra apretada, de a pocos artículos, una historia larga de luchas, tropiezos y esperanzas. Por eso hay en ella crispación de indignación, sombra de ataques amenazadores pero también alegres despertar de auroras triunfales, y eso último se traduce en la victoria de la mujer sobre las incomprensiones, las negaciones y los intereses creados por las castas repudiadas por nuestro despertar nacional”.
Teníamos derecho al voto y su obligatoriedad, pero al mismo tiempo nos otorgaba el derecho a ser candidatas a puestos electivos.
Una lucha larga, también en el plano Internacional que abrió camino hacia una nueva democracia, donde nosotras, las mujeres, comenzamos a ganar un lugar: la política.
Hoy varios años después de las palabras de Evita, nos seguimos levantando en voces, luchando por la promulgación de leyes esenciales que promuevan la igualdad sustancial entre las mujeres y los hombres; Un marco legislativo cuya aplicación efectiva elimine todo vestigio de discriminación contra la mujer en esferas como la participación en la vida política y pública, la educación, el empleo, la salud y la vivienda entre otras.
La Ley Nº 24.012 de Paridad de Género configura un adelanto, Argentina ha sido un país pionero en la sanción de una ley de cupo femenino como medida de acción afirmativa para asegurar la representación de las mujeres en el Congreso de la Nación, pese a ello considero que las mujeres se encuentran todavía insuficientemente representadas y siguen estando en desventaja. Será pertinente el establecimiento de metas y plazos concretos para acelerar la igualdad sustantiva.
Para que este movimiento cobre fuerza, será necesario promover conciencia entre las mujeres en relación con sus derechos y los medios para ejercerlos. Ellas deben ser las encargadas de participar en el diseño y supervisión de las políticas de igualdad de género. Poner en acción procesos de reacción social transformativos que deslegitimen la desigualdad, y, permitan el acceso a oportunidades y espacios que arbitrariamente fueron negados a mujeres y otras identidades feminizadas.
Adhiero plenamente a la idea vertida en el Preámbulo de la Convención sobre la Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer:
“Convencidos de que la máxima participación de la mujer en todas las esferas, en igualdad de condiciones con el hombre, es indispensable para el pleno desarrollo de un país, el bienestar del mundo y la causa de la paz.”
Es hora de que la mujer pueda apropiarse de su voz, que ha sido silenciada al ser excluida de la vida política y del proceso de adopción de decisiones, que ha hecho invisibles su contribución y su experiencia. Es ahora el momento de construir un nuevo futuro.
Por Lorena Vogel – Directora Municipal de Políticas de Género de la Municipalidad de Escobar – Militante Peronista y Feminista
