Nos propusimos volver mejores y porque siempre tuvimos proyectos bien intencionados, esta no será la excepción. Se trata en esta oportunidad, como en aquella, del (re)lanzamiento del plan QUNITA.
Porque “si uno no tiene memoria corre el riesgo de volverse a equivocar” no podemos olvidarnos que la justicia tardó 6 años en resolver una ridícula denuncia que realizó la dirigente política, hoy candidata a Diputada Nacional, María Graciela Ocaña, con el único fin de destruir cualquier lazo de la sociedad con las acciones implementadas en el gobierno de Cristina Kirchner. Lo hacen con el odio como bandera, para socavar las conquistas sociales, no les importa el daño que provocan, buscan estigmatizar hasta oprimir a las clases más vulneradas que habían logrado ser miradas y reconocidas en su necesidad.
La violencia también es simbólica, por eso la resolución del entonces juez Claudio Bonadío de quemar todo lo relacionado al plan QUNITA es un acabado símbolo de esa violencia.
Hay que tener la suficiente sensibilidad para poder comprender que el asistencialismo no puede ser un proyecto de promoción social, podrá ser una herramienta paliativa temporal, pero para transformar estructuralmente es necesario desnaturalizar la opresión, construir con conciencia de largo plazo y expandir derechos a todas las personas que conformamos esta sociedad. Para promover la inclusión, para trabajar por la justicia social, es preciso romper con actitudes individualistas, transformándolas en actitudes solidarias, y para lograr esta acción es necesario despojarse de las actitudes posesivas. Pensar en el otro, mirarlo, reconocer su existencia, es todo parte de una matriz de la NO violencia, así como entender que hay necesidades diferentes a las propias, más urgentes, algunas más apremiantes que otras y que todas deben ser atendidas.
Pero, ¿cómo poder sobreponerse al odio?. Cuando aparece el proyecto, no importa lo que hicieron con nosotros porque cobra mucha más relevancia lo que queremos ser, entonces parafraseando a Nietzsche podríamos asentir que, el que tiene un “para qué” en la vida puede soportar casi cualquier “como”, y todos estos programas sociales han surgido a partir de una necesidad por tanto tienen su respaldo en resolver y transformar esas situaciones desventuradas en conquistas para el pueblo.
Porque cobra sentido la expresión “somos lo que hacemos”, porque los proyectos o programas siempre son perfectibles y porque no es necesario eliminar o destruir aquello que nació para evitarle sufrimiento a los sectores más vulnerados, es que a este tan preciado plan QUNITA se lo ha retomado y mejorado; hoy podemos hablar de un programa interministerial con fines solidarios.
QUNITA es una política de salud integral y equitativa. Podrán inscribirse todas aquellas personas que reciban la Asignación Universal por Embarazo y cumplan con los controles obstétricos y neonatales. QUNITA también formará parte del programa “más trabajo menos reincidencia” una política a cargo del Ministro de Justicia y DDHH de la Provincia de Buenos Aires Dr. Julio Alak, que permite ir incorporando en una matriz productiva a las personas privadas de su libertad con acciones tendientes a avanzar de manera articulada en el desarrollo de propuestas para generar en nuestras cárceles un sistema de trabajo digno, con fines sociales y solidarios.
QUNITA es la prueba de lo que no quieren que suceda y es lo que quisieron dejar en el olvido, porque es la militancia barrial representada en Santiago Ares buscando una solución a la causa de muerte de bebes en las villas de su territorio, por eso también es Arraigo y la demostración que un Estado presente y Federal es posible, es empatía, es que te importe el otro, es el reconocimiento de derechos, es inclusión, es presente y futuro, por eso QUNITA nos sigue llenando de orgullo, porque QUNITA es Amor hecho política de estado.
Por Luciana Isabela Quetglas. Licenciada en Comercialización y Psicóloga Social – Integrante de la Comisión de DDHH Padre “Pancho” Soares y de Movimiento Arraigo.
