¿Qué significa amar a mi país?

“La ternura crea el alma como la patria primera del sujeto” Fernando Ulloa.

 ¿Amar a mi país? debería ser claro y profundo, sin embargo, es un sentimiento donde, hoy, grupos de argentinos, se posicionan por fuera del país denostándolo. Se autoproclaman ex.argentinos.

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¿Amar al País donde se nació, se crio, o tomo por adopción es una cuestión compleja, como la familia o la vecindad? No obstante, es un escenario de bendiciones en la cultura para cualquiera, incluso el que haya tenido una vida difícil. Y pareciera que es valioso vivir esa experiencia.

En general los miembros de una familia toman resguardos prácticos para ayudarse mutuamente en tiempos difíciles y cuidar la integridad del hogar como refugio privilegiado ante crisis sociales o desbarajustes personales.

Lo frecuente es que la familia solicita y obtiene un reconocimiento generoso de sus integrantes si cumple con los objetivos asignados y asumidos. La consecuencia es la producción de sentimientos de lealtad y acciones de cuidado.

¿El país, la Patria genera la misma relación?  Se dice que país es una un afecto, una idea, fundada y expresada en las acciones y documentos primeros que hicieron y nos legaron una camarilla de hombres y mujeres comprometidos con esas ideas y hechos originarios para crear bienestar para todos plasmado en la Constitución Nacional-. 

Uno de esos fundamentos en Argentina es la gloria a los patriotas fundadores por sus luchas y por la manifestación explicita que todos los seres humanos son sagrados, por lo tanto, iguales. Esto nos hace hermanos y construye lazos fraternales generales, particulares y singulares.

La ética derivada de la Constitución Nacional, nos solicita que ajustemos nuestras conductas- derechos y obligaciones- y modos sociales con la infinita familia de la humanidad, con los pies en el planeta Tierra 

Es cierto que el ideal también refleja con fuerza y expone constante y necesariamente nuestros fracasos y la insuficiencia de nuestros logros

Pero el paso del tiempo nos enfrenta, siempre, a grupos minoritarios que realizan un rechazo activo de esta idea que el País tiene que ser fraternal, inclusivo e igualitario.

 Y que, explícitamente hemos adherido a las luchas de los movimientos por los derechos humanos y sociales, todo tributario de la poderosa idea de igualdad. 

Pero hay quienes lo encuentran amenazante, quienes tienen tanto miedo de tratar con otras personas que no sean a la propia imagen y semejanza, en color, riqueza, genero, clase, etc. Que ejercen violencia hacia ellas, tratando a “categorías” enteras personas como enemigos mortales. Pretenden una justa meritocrática desigual. Sucede en los imperios precapitalistas, en las estructuras políticas capitalistas y neocapitalistas

Aplastan le planeta para construir un muro de meritocracia mentirosa, concepto que disfrazan con retorica aparentemente racional y con modos “familiares”, pero su verdadera naturaleza se revela en el hecho de que se sostienen en la exclusión, la expropiación, el asesinato y la violencia. La historia documenta y guarda esas injusticias epocales que fueron “presentes” en cada tiempo. Las de hoy serán, en un futuro, testimonios vergonzosos de la codicia de unos pocos.

Entonces nada nuevo sobre el planeta tierra: dice San Jerónimo de Estridon (340. 420 d. c.) padre de la Iglesia Latina: “todas las riquezas proceden de la injusticia” y “todo rico es un ladrón o heredero de ladrón”; y toda la Iglesia proclama: “la dignidad proviene del trabajo y no de esclavizar o someter a la servidumbre a otras personas”.   

El Preámbulo de la constitución lo dice en tono pragmático. Si alguien tiene hambre, dale de comer. Si tiene sed, asegúrese de que tenga buena agua para beber. Si está en la cárcel, no lo abuse, ni lo explote, ni asuma que debería estar allí inhumanamente. Estos problemas siguen afligiendo a poblaciones argentinas: los que tienen autoridad deben buscar soluciones y hacerlo mejor, así les dice la Constitución.

 Los corruptores exacerban el odio para destruir la confianza en los hombres y mujeres en las políticas de Estado y en las instituciones que es el único modo de ejercicio cívico que da legitimidad al gobierno democrático, inclusivo.

El resentimiento neoliberal desplaza la esperanza. El resentimiento es insaciable. Siempre, han demorado y desconocido la implementación de derechos humanos y sociales y profundizado las privaciones magnifican los agravios hacia el Pueblo-País.

Se ataca la voluntad de hacer educación, salud, economía e infraestructura para todos. Así se atacan los objetivos de la Constitución.

El desamor al Pueblo-País, a la verdad, la libertad y la convivencia democrática popular es lo que se realiza cuando se promueve los negocios de la grieta y el odio.

Frente a lo cual debemos valorizar el alma de los ciudadanos del País y de la Patria.

La ternura supone tres suministros básicos: el abrigo, el alimento y el buen trato. Es un escenario formidable para que el sujeto adquiera condición ética. F. Ulloa

Por Ricardo Arias – Agrupación  Sudeste – Primavera 2020