¿Qué cambio produjo la Revolución de Mayo de 1810?

Por Eduardo Caceres*

La Revolución de Mayo en Buenos Aires generó un cambio crucial, marcó un antes y un después en la historia de nuestro país con su momento crítico durante la denominada Semana de Mayo.

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Cabe recordar que aquel día se declaró la independencia del Virreinato del Río de la Plata del dominio español y se formó una Junta de Gobierno integrada por criollos revolucionarios, presidida por el Virrey Cisneros.

Un grupo de criollos con el apoyo de las milicias locales lograron la renuncia del Virrey Cisneros y designaron una junta provisional de gobierno porque pensaban que era el momento de gobernarse a sí mismos.

Sabemos que la Revolución de Mayo no fue un suceso espontáneo sino que fue un proceso que se inició mucho antes, con la conjunción de distintos factores.

Históricamente, desde principios del siglo XIX en España se sucedieron distintos acontecimientos y procesos como la invasión de Napoleón, la guerra para independizarse del dominio francés y las transformaciones de la monarquía. Estos hechos tuvieron gran influencia en las revoluciones que se desataron en las colonias españolas a partir de 1810.

Les propongo reflexionar que aun aceptando que la República Argentina, tal cual la conocemos hoy, no estaba definida en 1810; aun teniendo en cuenta que su independencia recién sería proclamada seis años después en el Congreso de Tucumán; e incluso que la Revolución pareció ser más bien obra de las circunstancias más que de un plan premeditado de ideas, nada de esto impedía considerarla uno de los acontecimientos más relevantes.

Su importancia se relaciona con que por primera vez un grupo de personas asumió ese desafío de autogobernarse, de pensarse como sujetos soberanos en condiciones de hacerse cargo de sus propios destinos.

Entonces, nuestro país se creó sobre la huella de decisiones de esta índole. Pero además, los revolucionarios construyeron otro hecho de notables consecuencias políticas y culturales: el de inscribir en la historia a la propia figura de la Revolución, entendida como un acontecimiento auto fundado que no requiere la autorización de una autoridad trascendente para reafirmar su legitimidad.

La Revolución introduce novedad como así también anuncia una transformación no solo en la forma de gobierno, sino en las bases mismas de lo que ha de pensarse como un buen gobierno.

Así la Revolución aparece como el episodio que auspicia un cambio que exige patriotismo y priman los intereses colectivos sobre, no en detrimento, los individuales.

Creo que estas ideas también reflejan acciones y valores del presente. Es una fecha significativa para la construcción de la identidad, la democracia y los desafíos actuales para un futuro mejor de todos los argentinos

* Eduardo Caceres – Concejal San Fernando