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¿Por qué no les dolemos?

Dicen que el ser humano es animal de costumbre, pero ¿será que esto se aplica a todo? Siempre fuimos las escondidas, las silenciadas, las descartadas a plena luz del día. Pero esto al mundo nunca le dolió. Así como nunca nos vieron, nunca notaron nuestra ausencia.

¿Será que, como el cuerpo naturaliza con el tiempo el ejercicio físico, también nos acostumbramos a que nos maten? A que faltemos de nuestras casas, a que no tengamos voz donde se decide por nosotras, a que aparezcamos tiradas en bolsas de basura. ¿Será?
A pesar del avance de las mujeres en todos los campos seguimos siendo ciudadanas de segunda, que si faltamos, no se indignan, no alcanza. Somos envases, somos madres, somos esposas, somos cuidadoras, somos todo antes que libres.

Les indigna la pobreza, sin notar que somos las más pobres, que eso nos deja aún más desprotegidas. Les indigna la inseguridad, sin notar que a nosotras nos matan en nuestras casas. Les indigna el aborto legal por ley, sin pensar en la vida de una nena de 11 años que el Estado viene abandonando desde que nació, a la que un varón adulto violó y embarazó. No les indigna que la obliguen a maternar, que eso le marque el cuerpo para siempre. Todo aunque ella llore pidiendo que le “saquen lo que el viejo le puso adentro”.
Por eso paramos. Para que se indignen cuando no estamos, para que se sorprendan de todas las que somos, de todo lo que somos capaces y para que sepan que nos cansamos, que no nos callamos más.
Para que se indignen cuando desaparecemos, para que les duela nuestra ausencia. Porque si nosotras paramos se para el mundo, aunque todavía no lo sepan.

Micaela Ferraro Medina – Directora del observatorio social Legislativo
y presidenta de compromiso con tigre – Referente Frente Renovador. @MicaFerrarom

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