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Política y Solidaridad: Las políticas sociales no pueden basarse en un mero asistencialismo

La idea de solidaridad responde a una adhesión o apoyo incondicional a causas o intereses ajenos, especialmente en situaciones comprometidas o difíciles. Por eso, desde lo político muchas veces se traduce en exigencia dirigida principalmente al Estado, pero también al común de la sociedad, de intervenir a favor de los más necesitados.

En esta Argentina de pandemia en la que, además, nos oprime una profunda crisis económica generadora de angustia para miles de conciudadanos, particularmente aquellos que integran ese numeroso grupo no querido de 50% de pobres, nos disponemos a elegir a 24 senadores y 127 diputados al Congreso Nacional, sin contar las renovaciones legislativas correspondientes al ámbito de las provincias y de los cientos de municipios, con la esperanza (quizás ingenua) de que finalmente podamos encaminarnos a ser un país desarrollado, donde, además, podamos disfrutar de bienestar individual y gozar de la necesaria paz social que permita determinarnos como una verdadera Nación, aspecto al que no escapa el nivel municipal, puesto que este es el primer contacto directo entre el representante (concejal) y los representados (vecinos). Esto es la enorme responsabilidad que, con nuestro voto, estaremos asignando a esos convecinos nuestros que pasarán a desempeñarse como ediles en el Concejo Deliberante de Tigre y este es el compromiso de quien se postula como tal.

No cabe duda que la situación del país es angustiante y ya no hay casi margen, podríamos decir que “hemos tocado fondo y no hay más que rascar” (corrupción, pobreza extrema, hambre, piquetes, exclusión social, fracaso educativo, avance del narcotráfico, crecimiento del delito, violencia social, pérdida de valores, etc.). Argentina ya ha vivido situaciones similares, aunque no de la magnitud como la presente, al menos no en democracia, por eso la respuesta tiene que ser política y ciudadana, con la solidaridad como uno de los principales basales de aquella. Decía el filósofo Norbert Bilbeny que “la solidaridad es la virtud cívica que nos conduce al valor superior de la igualdad en el que se apoya, junto a la libertad, el valor supremo de la dignidad humana”

En la Argentina el 26 de agosto, fecha de nacimiento de la Madre Teresa de Calcuta, se celebra el día Nacional de la Solidaridad, debido a su testimonio de vida, donde se hace carne del sufrimiento de los más excluidos y lo transforma en servicio y amor solidario, interpelándonos individualmente y socialmente.

Por eso, desde AVANZA LIBERTAD 503 – LISTA 5 “E” REPUBLICANOS UNIDOS, entendemos que una de las primeras respuestas debe ser promover el reconocimiento sincero del otro. Si queremos comenzar a crecer tenemos que comenzar a dejar de tratarnos como enemigos y poder mirarnos a los ojos como argentinos; aceptar y sentir a ese otro en el respeto a su identidad y con exclusión de todo tipo de violencia, para poder establecer diálogos abiertos y sinceros que conlleven a los necesarios consensos para establecer políticas de Estado en lugar de políticas partidarias que duran lo que un período de gobierno, en resumen, comenzar a proyectarnos como Nación ante el mundo para ser creíbles y confiables. Ser solidario es rechazar la discriminación en cualquiera de sus formas, es crear condiciones para la concreción de inversiones genuinas que generen trabajo genuino, en blanco. El mejor plan social es un trabajo bien pago, no existe otra forma de salir adelante y crecer, de terminar con la pobreza y el clientelismo cínico e hipócrita que explota al otro. Esta es la verdadera forma de estar junto a los más necesitados, no sólo para aliviar su situación, sino para acabar con su sufrimiento y para establecer estructuras más justas que les permitan una vida digna y un lugar en la sociedad. De esto se trata, de crear igualdad de oportunidades, de devolverles la dignidad como seres humanos a valerse por sí mismos, a través del estudio, del trabajo, del crecimiento personal que lo revalorice como persona, como ciudadano.

A ello debe orientarse la respuesta política, a esa solidaridad, la de generar inversión y trabajo, educación y desarrollo, seguridad y justicia, todo sobre tres preceptos fundamentales: en paz, unidos y en libertad. Esto es realmente “poner decididamente la solidaridad en el corazón de las políticas públicas”. Todos tenemos derecho a la salud, a la educación, al trabajo, a la vivienda, a la protección social. Así lo marca nuestra Constitución Nacional, producto de las ideas liberales tomadas por Belgrano, Alberdi y tantos otros que soñaron una Argentina grande, para alcanzar el bienestar general, objetivo esencial y razón de ser de la política.

Así entendemos la política, así estamos convencidos que debe impulsarse la solidaridad. Las políticas sociales no pueden ser mero asistencialismo, sino un auténtico compromiso con la generación de oportunidades y crecimiento para que ellas sólo sean de carácter transitorio, para dar respuesta a una situación determinada en un tiempo acotado pero que, al mismo tiempo, le permita a quien lo recibe saber que tiene futuro. De esta forma, las medidas de cohesión social no sólo beneficiarán a los más necesitados, sino también al conjunto de la sociedad. Entonces la solidaridad aplicada en políticas sociales no será simplemente un gasto, sino que la estaremos transformando en una inversión esencial para la cohesión social en la que todos podremos gozar del derecho a una vida digna con sentido de pertenencia e inclusión.

Finalmente, la solidaridad como parte de las políticas públicas, obligará a plantearnos cómo y en qué se gasta el dinero público, quién y cómo se gestiona, y otras muchas cuestiones que podemos resumir en mayor transparencia y optimización de los recursos.

Esto es ser solidario desde lo político, asumir el compromiso descripto, cumplir con la palabra, interactuar permanentemente con los vecinos para escucharlos, proponer respuestas a sus planteos y llevarlas a cabo, “no quedarse atrás del escritorio”. La calle no debe caminarse sólo cuando hay campaña política, al contrario, cuando se es funcionario público, cuando se es Concejal, es cuando más se debe caminar y hablar con los vecinos, porque es de esta conjunción que surgirán las mejores políticas y respuestas. Es, sencillamente, comenzar a construir futuro, unidos y en libertad.

Por Martín Liserre Moreno – Pre Candidato a Concejal en Tigre – Avanza Libertad 503

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