PISA – Toscana

Deje Camogli que me encanto para ir a Pisa, a 144 km, porque llega mi hermana desde Sicilia para ir juntas a la Isola del Giglio (Isla) a visitar a nuestra última tía.

Pisa queda a 85 km de Florencia y a 19 km de Lucca.

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Llegue alrededor de las dos. El hotel Roma, parece un hotel de viajantes de las rutas argentinas. Estaba muy bien ubicado en la plaza Marín, justo frente a la entrada de la Plaza de los Milagros.

No podía esperar para ver tanta maravilla junta. Llega un momento en que los adjetivos son pocos y no alcanzan las palabras para expresar tanta belleza. En el año 1987 Pisa fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

No sé cuántos de ustedes conocen la Plaza de los Milagros, césped verde brillante y mármol blanco reluciente, hacen un hermoso contraste. Hacía mucho que no venía. Me impactó todo el conjunto de Battistero, Duomo, Torre Pendente y Camposanto Monumental.

Al que también le había sorprendido fue al famoso escritor italiano Gabriele D’Annunzio que al ver el conjunto de edificios los llamó “Milagros”, definiendo así a la plaza que los reúne.

No sabía dónde mirar y a la vez no quería moverme, para no perder un solo minuto de hermosura.

Entre primero en el Battistero, de tamaño descomunal, con una acústica impresionante.

Se construyó en estilo románico en el año 1152 por el arquitecto Deoti Salvi, sin embargo, no se terminó hasta el año 1363, por los arquitectos Nicola y Giovanni Pisano, que agregaron la parte superior y la cúpula en estilo gótico.

El Duomo se comenzó en el año 1063 en estilo románico. El mosaico del altar muestra la influencia bizantina. Mientras que los arcos son de influencia islámica.

La Torre debía haber sido el campanario para el Duomo y se le encargó la construcción a Bonanno Pisano en el año 1173. Se construyó en tres etapas durante 177 años. Decorada con arcos y logias y en el interior una escalera en espiral de 294 escalones. No, no los subí.

Ahora después de trabajos realizados en la base dejo de inclinarse y se cree que por unos 200 años estará estable. Tan blanca y tan decorada parece un adorno de torta. Todos los edificios se construyeron entre los años 1063 y 1350.

Ya tengo una ensalada de nombres y años, la verdad es que me gustaría saber más o acordarme más del tema, pero algo es cierto no hace falta saber nada para gozar de tanta creatividad y hermosura.

Hacían cosas maravillosas sin tanta tecnología, lo compensaban con la creatividad e ingenio que les faltaba.

Llegue hasta el río Arno, y me quede en el café «Di Qua d’Arno», con mesas afuera, a mirar el entorno, eran las 17,30, me lo merecía.

Había sido Pascua y se acostumbra comer un dulce llamado Colomba (paloma), me dijo que me traería un pedacito, creo me trajo toda la colomba, no cabía en el plato, igual la termine.

Cruce por el puente y pasé por La Loggia di Banchi, lugar donde se hacían las transacciones comerciales. Fueron construidas en el año 1603, destruyendo parte del borgo medieval.

Pisa tuvo gran poder económico ya que fue una de las cuatro repúblicas marineras, junto con Génova, Venezia y Amalfi. Lo que la llevó a conflictos con otras importantes ciudades de Italia. El siglo XII y principios del XIII fueron su época de esplendor.

Seguí hasta la plaza San Antonio, por la vía Italia llena de negocios. Había una feria de varias naciones, Alemania, Austria, Eslovenia, algo de quesos y panes italianos.

Sobre esa margen del río Arno hay un Iglesia muy pequeña y muy linda, la Chiesa di Santa María de la Spina.

Volví por la misma vía hasta la Plaza Garibaldi, seguí por la Vía Borgo Stretto y me encontré con la iglesia de San Michele, del año 1000 -1100.

Después, allí cerca a la Piazza Dei Cavalieri, nombrada así en honor a la orden militar y religiosa de los Caballeros de San Esteban, que es después de la plaza del Duomo es la más importante, habiendo sido durante la edad media hasta el renacimiento el centro cívico y cultural de Pisa. Es una plaza seca con una fuente central y rodeada por hermosos y grandes edificios, el más bello es una prestigiosa universidad, Normale Superiore, Palazzo della Carovana (no lo van a creer, ni un grafiti). Otro Palazzo del Orologio, una torre con un reloj, y la iglesia de Santa Caterina. Hermoso todo el conjunto.

Siguiendo en la Vía Dei Mille 3/5, encontré la «Cantina Vasari», decoración clara, minimalista, vajilla moderna, linda iluminación. Me quede a cenar, ya era tarde. De entrada, un tris de crostini toscani, luego fetuccini caseros con salsa de parmigiano y buffala con pistilos de azafrán. El vino tinto San Giovese. Café. Todo muy bueno.

Camine un rato hasta el hotel porque no quedaba cerca. Nadie por la calle eran las 22,30.

El desayuno muy bueno, pero salvo un cornetto (tipo medialuna), no como de mañana.

Quería ir al Camposanto Monumental, queda en un costado de la Piazza dei Miracoli. Es algo qué hay que ver porque lo único que se me ocurre es que es monumental, que parece una filigrana por lo delicado de la arquitectura y que en cualquier momento se puede romper, sin embargo, lleva siglos en pie. Por suerte no había mucha gente.

El camposanto es un cementerio, con forma de claustro, en estilo gótico donde hay sarcófagos greco-romanos y frescos de época medieval, el piso está cubierto por lápidas esculpidas.

Fui hasta el museo de la Sinopie, no tenía idea que cosa era. La sinopie es el dibujo preliminar hecho con un pigmento rojo sobre una pared antes de ser pintada. Increíble las cosas que se rescatan con la modernidad.

No sé a ustedes, pero a mi tanta cultura y tanta belleza me suele dar hambre, de manera que fui a buscar el restaurante » Antica Trattoria Da Bruno» que me habían recomendado . Fundado en 1940. Quedaba fuera de los muros de la ciudad, en Vía Luigi Bianchi 12.  En sus comienzos había sido lugar obligado para los viajeros. Muy agradable el salón y el personal muy servicial. Comí realmente bien, es para recomendar.

Primero la famosa zuppa pisana ribollita, después cordero al horno con papas y romero, y además me trajo habas frescas, con que se acostumbra acompañar. Vino tinto Chianti Classico. Como no quise postre el mozo me dijo que me traería un poco de los sabores de la Toscana para probar.

¡¡¡Me trajo toda la Toscana !!! una fuente con turrones, cantuccini, amaretti, bombones y Vin Santo, Valdichiana Toscano, y me dejo la botella. Café. Les cuento que deje algo porque me daba vergüenza.

¡Era para quedarse a dormir!  Pero no había lugar así que salí y a una cuadra por Vía Carducci, cerca de una plaza encontré la iglesia de Santa Caterina, año 1220 estilo románico. Un interior totalmente despojado, solo hermosos vitreaux y el altar de piedra gris y blanca. Cuando me estaba yendo un organista empezó a tocar una música preciosa.

Me quede un buen rato, era un concierto para mí sola. Me ha sucedido en muchas ocasiones tener un regalo semejante.

Para volver al hotel volví a pasar por la Piazza Dei Cavalieri.

La Piazza Dei Miracoli iluminada es un espectáculo sugestivo muy particular.

¡Ah!, en esta ciudad nació Galileo Galilei, se hizo famoso su dicho “E pur si muove” (a pesar de todo se mueve).

Pisa es una ciudad amable y fácil de recorrer, me fui despidiendo suavemente como suave era la noche.

Me levanté a las 5,30 porque mi hermana llegaba a las 6 y la tenía un ir a buscar a la estación de tren.

Íbamos a la isla el Giglio a visitar a los parientes, la distancia hasta Porto Santo Stefano es de 204 km,  unas  2,15 horas.

A las 10,30 ya habíamos estacionado el auto y comprado los boletos para el ferry.