¿Pfizer o Conicet? – ¿Verdad, mentira, error?

Con asombrosa agilidad y velocidad, las empresas en China, Rusia, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, y en todo el mundo (Argentina) han logrado hazañas notables, sobre todo las empresas biotecnológicas y farmacéuticas que intentan combatir el virus.

También en Argentina, hay otros logros importantes: mantener abastecidos los estantes de las almacenes y farmacias etc. No interrumpir la capacidad industrial y logística para procesar y distribuir alimentos, gran rapidez e inteligencia replantear las Universidades, Conicet y fábricas para diseñar y elaborar insumos químicos, ventiladores y equipo de protección personal, construcción de hospitales, capacitar profesionales, etc.

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Hace ocho meses, aunque ahora parece que fue hace ocho años, volvió -siempre está- una disputa política que es esencial para comprender el capitalismo moderno: la relación Estado y las empresas privadas en Argentina. ¿Es posible su articulación para cuestiones que afectan a los argentinos en la vida cotidiana?

De muestra: en EEUU, en la pandemia, cuando Pfizer anuncia sus resultados preliminares para la vacuna contra el coronavirus, los ejecutivos de Pfizer enfatizaron sus logros, y señalaron que la compañía había desarrollado la vacuna con sus propios recursos, no con subvenciones del gobierno. Es media verdad, mentira, error.

La historia es que, durante el verano europeo, Pfizer llegó a un acuerdo de “compra anticipada” de $ 1,950 millones con el gobierno de EEUU, lo que garantiza que recibiría una compensación por la entrega de 100 millones de dosis de vacuna. O sea, el gobierno, no financió directamente el desarrollo de fármacos, pero sentó las bases que permitían a la compañía farmacéutica poder gastar dólares de investigación con tranquilidad, sabiendo que sería recompensado económicamente por el Estado.

  Esto habla de una realidad más profunda que la pandemia ha revelado: tanto el maravilloso capitalismo como su brazo ejecutor, del “libre mercado”, por sí solo se quedan cortos en la solución de enormes, pequeños, problemas de los países. Los nueve meses de la pandemia han demostrado que, en un estado moderno, es necesario un gobierno nacional que, mediante la planificación en base a prioridades, ejerza siempre su poder para guiar la economía estratégica y defienda el interés nacional de los riesgos de la globalización, fragmentación.

Incentivar al sector privado para que invierta en el desarrollo de vacunas puede lograrse a través de apoyos económicos y financieros como compras anticipadas. Y es fundamental potenciar los recursos para la ciencia y tecnología estatal, así garantizar posibles resultados a corto, mediano y largo plazo ya que no está sujeto a mandatos como la búsqueda de lucro inmediato.

En el mundo, los incentivos económicos y financieros para compras anticipadas por parte del Estado, sirven para convencer al sector privado de que desarrolle vacunas a una escala y a una velocidad que no podría lograr por sí solas. Potenciar el recurso de la ciencia y tecnología estatal, mostrando una su capacidad de conducción política científica pertinente para orientarse y realizar lo que los privados no acostumbran (esto tienen limitaciones estructurales que les impone la búsqueda de lucro inmediato).

Paralelamente, en todo el trayecto de la pandemia y este inicio de post-pandemia, el rol del Estado presente aporta sostenimiento a miles de pequeñas empresas, muchas de las cuales habrían cerrado sus puertas, y asimismo canaliza programas de colaboración a ciudadanes y trabajadores jubiladas y jubilados, para prevenir un colapso en la vida diaria de la Argentina de todes.

En definitiva, es necesario -a nivel global- construir confianza mutua entre Estado Nacional y sectores privados, abandonando las políticas neoliberales para trabajar mancomunadamente en la búsqueda del bienestar general. 

¡Nos cuidamos, nos vacunamos!

Por Carlos Vivas – Liliana Bardi – TJ Jubilades del Playón – Primavera 2020