En medio del aumento de casos de fiebre amarilla en América Latina y las alertas sanitarias emitidas durante octubre, el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, expresó su preocupación por el impacto de las decisiones del Gobierno nacional en materia de prevención y salud pública.
Desde agosto, cuando la gestión de Javier Milei anunció que la vacuna contra la fiebre amarilla dejaría de aplicarse de forma gratuita para personas que no residan en zonas consideradas endémicas, Kreplak había advertido que la medida implicaba abandonar una política estratégica de salud pública.
“Limitar el acceso a una vacuna esencial en función de criterios geográficos es una decisión regresiva que pone en riesgo a miles de personas, especialmente a quienes viajan a zonas de circulación viral o viven en regiones cercanas a áreas de brote”, había señalado entonces el ministro.
A dos meses de ese anuncio, la evolución epidemiológica de la región parece confirmar sus advertencias. La aparición de casos en zonas no tradicionales y más próximas a centros urbanos encendió las alarmas de organismos internacionales y autoridades sanitarias, mientras el Gobierno nacional mantiene la decisión de restringir el acceso gratuito a la vacuna, trasladando el costo de la prevención a las familias y profundizando la fragmentación del sistema.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en lo que va del año se registraron 354 casos confirmados de fiebre amarilla en América del Sur y 151 personas fallecidas, principalmente en Brasil y Colombia. A esta altura de 2024, los casos habían sido 61, lo que representa un incremento interanual del 480%.
En mayo, la OPS había realizado una evaluación rápida de riesgos (RRA) y pidió a los países reforzar la vigilancia epidemiológica, la vacunación y las estrategias de comunicación.
“El retiro del Estado no es una consigna ideológica: es el Estado dejando de vacunar, de cuidar, de prevenir, de estar presente donde más se lo necesita”, publicó este lunes Kreplak en sus redes sociales.
El ministro reafirmó que la Provincia de Buenos Aires continuará con una política activa de cuidado, fortaleciendo los programas de inmunización y garantizando el acceso a las vacunas como un derecho y no como una mercancía.
Finalmente, advirtió: “No se puede enfrentar un escenario epidemiológico complejo con medidas que debilitan la infraestructura preventiva. Reducir la salud a una variable de ajuste puede tener consecuencias irreversibles. Frente a las alertas sanitarias, es momento de actuar con responsabilidad, no de retroceder.”