Conocí a Néstor 6 años después del 2003, cuando salió a recorrer la provincia de Buenos Aires y un día pasó por Tigre.
Cristina ya era presidenta y nos tocaba el peor momento de nuestro gobierno, debilitado por la crisis internacional, la disputa de la 125 y cerca de las elecciones legislativas.
Nestor había decidido ponerse al frente de la campaña, encabezaba la lista como candidato a diputado nacional y había decidido poner el cuerpo una vez más. Salir a recorrer los barrios populares de cada distrito para intentar recuperar la confianza y los votos que necesitaba el proyecto.
Mi militancia había arrancado en el barrio Las Tunas de Gral Pacheco, en el 99 cuando “las Quintitas” que son las 13 manzanas del fondo recién comenzaban a poblarse y el campo del otro lado de las vías todavía no era Nordelta y los pibes iban a pescar y cazar nutrias.
Ahora con Néstor volvía al barrio en donde formé mi compromiso militante.
Por Las Tunas y por los barrios populares en general caminan candidatas y candidatos cuando hay elecciones pero la gente les mira de reojo con cara de asco y desconfianza…
Pero Néstor no era el político garca típico, todas y todos lo recibíamos con alegría, con esperanza, con agradecimiento. Y el se abrazaba, entraba en las casas, escuchaba y contagiaba las ganas de avanzar de no bajar los brazos.
En el barrio, Néstor era de las y los nuestros porque gobernó junto a su pueblo. Donde le tocaba hacerse cargo, se hacía, la remaba pese a la adversidad y ponía corazón y todo el cuerpo para seguir, como lo hacían y lo siguen haciendo las familias trabajadoras.
En esas elecciones perdimos con “Alika Alikate” y toda la corporación mediática y política decretó el fin del Kirchnerismo. Alguien dijo “le pegaron 3 tiros en el pecho…”
Pero Néstor con el gran liderazgo que lo caracterizaba, y obviamente, junto a Cristina, no se entregaron y salieron a disparar y así, un año antes, recuperaron la Anses, y anunciaron la Asignación Universal, impulsaron la Ley de Medios y crearon el primer programa de Cooperativas…
Poniendo el cuerpo vivió y poniendo el cuerpo se fue un año después en el 2010. Y por eso fue tan masiva y natural la frase “Néstor vive en el Pueblo” cuando millones lo despedimos aquel 27 de octubre.
El no solo nos devolvió la política como herramienta de transformación, también nos devolvió la confianza y un mirada de proyecto nacional y colectivo y principalmente le dio sentido a quienes como él, ponemos el cuerpo todos los días para transformar la Argentina.
Nuestro mejor homenaje será lograr esa Patria Justa, Libre y Soberana por la que vivió.
Por Federico Ugo – Subsecretario de Economía Popular de la Provincia de Buenos Aires