Cuando hablamos de lucha pensamos en calles, protestas, visibilizacion, actividades, pancartas, unión colectiva, pero que hacemos en este 3J que nos encuentra a todxs con calles vacías?
Esas calles que aunque solo por un día son nuestras, nos abrazan, con nuestro espíritu, con nuestra impronta, con nuestros derechos a flor de piel, con nuestrx movimiento feminista.
Porque cuando salimos a “coparlas” lo hacemos desde la base de querer construir otra forma de sociedad. Porque nuestra lucha transforma, nos hace repensar quienes somos y quienes queremos seguir siendo.
Las mujeres fuimos, somos y seguiremos siendo constructoras importantes en la historia de la humanidad. Desde nuestros aportes hasta la participación física, (muchas veces invisibilizadas) de grandes momentos históricos.
Desde la revolución francesa, en donde grandes compañeras salieron a tomar la Bastilla. Fueron las primeras, con sus picas y sus palos, porque el sistema era insostenible, el hambre mataba a los hijos. Ellas indicaron el camino de un cambio de paradigma.
En la otra gran revolución histórica, la revolución rusa, también fueron ellas las que pararon el sistema para reiniciarlo. Pararon las fábricas de San Petersburgo un 8 de marzo, contagiaron de huelgas toda Rusia, y a los nueve días cayó el Zar.
Mujeres haciendo desde sus lugares comunes grandes aportes a lo largo de toda la historia.
Es en estos momentos en donde creo debemos repensar nuestra fuerza y lucha desde adentro, no desde lo interno, sino desde nuestro medio ambiente. De las personas que nos rodean, que conforman nuestro espacio personal, familiar, social, laboral .Repensar nuevas formas, con empatía, porque el otro también necesita desconstruirse y reconstruirse, el otro también no sabe, al otro también lo educaron “así”.
Pero también necesitamos mantenernos de pie, más firmes que nunca.
Esta realidad que nos está atravesando a todxs por igual, de diferentes formas, necesidades y sentimientos, pero nos atraviesa; nos muestra ahora, más que nunca, que se necesita del cuidado colectivo. Es más necesario que nunca, un movimiento social y político como el feminismo, que pone la vida en el centro y no discrimina.
Cito a la filósofa Rosi Braidotti en donde analiza en su libro Por una política afirmativa que “el movimiento social de las mujeres destaca por su capacidad de autogestión, energía organizativa, potencia visionaria y estructura carente de líderes. Movido por aspiraciones de libertades colectivas y compartidas, el respeto de las diversidades, el deseo de justicia social y simbólica, y la política de la vida cotidiana, el feminismo es un movimiento político apasionado, irónico y políticamente riguroso. Irreverente en relación a las normas dominantes, pero responsable hacia los grupos de mujeres de los que encarna la rabia y la imaginación”.
Me quedo con esa frase de Braidotti que afirma que “el feminismo es la política de la vida cotidiana”. Sumémonos a militarla….
Por Lorena Vogel – Feminista – militante del Frente de mujeres PQH y actual Coordinadora General del HCD.