Por Patricia M. Vásquez *
El 9 de julio de 1816, en la casa del entonces Gobernador Aráoz de San Miguel de Tucumán, se firmó la Declaración de Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata de los Reyes de España y su metrópoli. El recuerdo y la celebración de una fecha de orgullo y alegría nacional. Juan Martín de Pueyrredón fue designado Director Supremo, y con la presidencia del Comité de Francisco Narciso de Laprida, los representantes congresales, por unanimidad, declararon ser una Nación libre e independiente. Varios meses de sesiones y debates, concluyeron al fin en la decisión de soltar las cadenas y celebrar ser libres. No fueron tiempos fáciles. Nos enfrentábamos con situaciones que resultaban casi imposibles. Me recuerda aquella frase de Pueyrredón al general San Martín ante sus reclamos de recursos necesarios para su campaña, ¨… lo que Usted quiere hacer es imposible. ¨ Y la respuesta de San Martín fue: …¨ Usted tiene razón, lo que yo quiero hacer es imposible, pero es imprescindible¨.
Hoy a más de cien años de aquel glorioso día quisiera convocarlos a revivir esa misma pasión por la libertad que subyace en nuestra esencia y que sigue siendo imprescindible.
La historia contiene rasgos de crisis que nos muestran como somos. Pero el regreso al pasado debería interpelarnos, más que nunca en estos días, sobre el destino de la Patria.
No tengo dudas, que aquella pasión por ser independientes, gozar de libertad y sostener firmemente la unidad con convicciones fuertes y sentido de pertenencia, aún nos identifica.
La triste coyuntura del presente, más teñida de intereses mezquinos con ansias de poder que patriotismo, no debe socavar nuestras raíces.
A pesar de algunos sectores a quienes les es funcional la mentira, el juego engañoso de políticas electorales y la mirada sesgada por resentimientos, nada ni nadie podrá destruir el mismo espíritu libre ni nuestra propia esencia patriótica.
Ese mismo valor y coraje de asumirnos independientes, aún con sus dificultades y peligros anida en el interior de cada argentino.
Nuestra Patria es grande, y es de todos. No les pertenece a unos pocos, y no estamos dispuestos a perderla en manos de autócratas con intereses espurios.
Aquella independencia, lograda con lucha y esfuerzo continua viva en cada uno y en toda la sociedad argentina.
Por ello, les propongo recordar esa genuina alegría reviviendo y sosteniendo con fuerza la misma convicción, idéntica pasión y coraje para defender nuestra libertad y nuestros derechos.
No es suficiente sólo recordar, incluso celebrar. Creo que debemos cuestionarnos hoy más que nunca, qué significa para nosotros ser libres e independientes. ¿Podemos proclamar la libertad si permitimos que nuestra democracia nos haya hundido en este presente de agonía? ¿Nos sentimos y asumimos la responsabilidad de mantener una verdadera independencia del poder despótico e injusto, y decidimos de una vez por todas honrar aquellos argentinos que trabajaron para hacernos libres? La democracia no es gratis, debemos ganarla cada día. Es el privilegio de expresar y decidir nuestro destino como pueblo. Seguramente hemos cometido reiterados errores que nuevamente nos conducen al fracaso. Asumamos de una vez esa libertad eligiendo la verdad, el progreso, el crecimiento y el respeto por nuestra Constitución Nacional como el pacto social más sagrado. Recuperemos la alegría y el orgullo de ser argentinos con la misma esencia de aquél 9 de julio, expresando nuestra voluntad de ser libres, justos y soberanos.
Estoy segura, que, si aquel 9 de julio de 1816 no hubiera contado con la firme decisión unánime de declararnos independientes, si aquellos próceres hubieran desvirtuado el interés general por ambiciosos egoísmos individuales, hoy no seríamos libres.
Es hoy, es ahora. Con un pedacito de Patria al hombro, con el mismo coraje y la misma sangre en las venas hagamos honor de nuestra historia construyendo el futuro que nos merecemos. ¡Hagamos lo imprescindible! ¡¡Viva la Patria y la libertad!!
*Patricia M. Vásquez – Ex Secretaria de Coordinación del Ministerio de Seguridad de la Nación