No se olviden: nos están matando

A 6 años del comienzo del Ni una Menos, un movimiento que inició en nuestro país y se replicó en el resto de Latinoamérica y otras regiones del mundo como un grito desesperado por que dejen de matarnos, lamentablemente debemos admitir que la realidad actual no dista mucho de aquella con la que inició esta lucha.

El año 2015 donde iniciaba este movimiento, con un contexto muy diferente al actual, nos dejó un saldo de 286 mujeres asesinadas. El 2020, un año totalmente atípico, nos quitó la vida de 298 mujeres argentinas, es decir, hubo un femicidio cada 29 hs. Paradójicamente, el “quédate en casa” lejos de ser un sinónimo de resguardo y seguridad, terminó convirtiéndose en una realidad tortuosa para muchas mujeres de nuestro país, teniendo que convivir 24 hs. con su maltratador y/o abusador, o incluso el de sus hijos.

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Es claro que el foco en el contexto actual está puesto en prevenir muertes por coronavirus, pero mientras tanto las muertes de mujeres, travestis y trans en manos de hombres sigue en aumento. En lo que va del 2021, en el marco de la DISPO se produjeron al menos 97 femicidios.

Y si bien estas estadísticas son escalofriantes, debemos ser conscientes de que estas reflejan el número de mujeres que ya no puede pedir ayuda, que ya no puede llamar al 144, que ya no puede acercarse a una comisaría, o pedirle a un familiar o a una amiga refugio, porque ya es tarde, porque ya nada podemos hacer por ellas, porque lo que se podía hacer debería haberse hecho antes. Entonces ahí está el punto. ¿Qué estamos haciendo por esas mujeres que en este momento están siendo golpeadas y maltratadas por sus parejas o ex parejas? Y que no forman parte de esas estadísticas. ¿Qué está haciendo el Estado por ellas? ¿Realmente todo lo que se viene anunciando está siendo efectivo? ¿Qué tan cierto es que desde el 2015 hasta hoy hubo un avance en nuestra sociedad?

Si desde aquel 3 de junio a hoy estamos saliendo a reclamar lo mismo. Si cientos de familias siguen llorando la muerte de sus hijas, hermanas, nietas. Si cientos y cientos de niños se quedan sin madre o padecen violencia todos los días de su vida. Si miles de familias tienen que salir a reclamar justicia. Si todo esto continúa sucediendo es porque al día de hoy el Estado, la Justicia y todo el sistema continúa siendo patriarcal. Porque no puede ser que tras 6 años de lucha no se le quiera tomar una denuncia a una mujer golpeada, que las perimetrales sean un artificio, que una mujer que es golpeada y/o abusada no tenga a dónde ir con sus hijos para escapar del infierno. Si todo esto sigue sucediendo es por la enorme complicidad del sistema y de la sociedad para con los golpeadores, abusadores y femicidas.

Sin dudas seguimos formando parte de una sociedad patriarcal, y mientras eso suceda, y nuestros gobernantes no se pongan la camiseta como lo vienen haciendo los distintos movimientos feministas, nada de esto va a cambiar. Lo único que puede cambiar la realidad de miles de mujeres son las acciones concretas, con un Estado que responda, con una sociedad alerta y comprometida, con una justicia que castigue al violento y al cómplice.

Creo que el día de hoy es un día para hacer autocrítica, para que cada uno mire y observe que está haciendo desde el lugar que ocupa para que esto se termine. Porque poco importa lo que pueda decir yo, lo que puedas decir vos, o lo que pueda decir el Presidente o la Vicepresidenta incluso, en un día como hoy. Las palabras y los discursos ya han demostrado no cambiar nada.

Las palabras en asuntos tan urgentes si no se acompañan de acción, pierden su valor.

Desde mi lugar como mujer acompaño a todas aquellas mujeres que hoy salgan a reclamar sus derechos desde donde puedan, e invito a quienes no se sientan representados por el movimiento feminista a reflexionar y cuestionarse qué están haciendo desde su lugar para ponerle fin a tanta muerte e injusticia. No necesitamos una sociedad que siga juzgando a la mujer por la manera en la que lucha por sus derechos, quizás no sea la más adecuada, pero no perdamos el foco, no se olviden de que NOS ESTÁN MATANDO.

Sueño con el día en que no tengamos que manifestarnos más para pedir algo tan esencial como el derecho a la vida.

Por Claudia Rognone – Concejal Juntos por el Cambio Escobar