Mons. Pizarro: “Que nunca me falte la gracia y la misericordia de Dios”
Lo dijo el obispo auxiliar de San Isidro, tras recibir su ordenación episcopal en una celebración eucarística presidida por monseñor Oscar Ojea en el Colegio Marín. “Apacienta a mis ovejas”, su lema.
Monseñor Raúl Pizarro, a quien el papa Francisco nombró obispo titular de Ausana y obispo auxiliar de la diócesis de San Isidro, recibió su ordenación episcopal el pasado viernes 26 de febrero en una celebración eucarística en el gimnasio del Colegio Marín, de la localidad bonaerense de Béccar.
El consagrante principal fue monseñor Oscar Vicente Ojea, obispo de San Isidro, y los coconsagrantes fueron monseñor Alcides Jorge Pedro Casaretto, obispo emérito de San Isidro, y monseñor Guillermo Caride, obispo auxiliar de San Isidro.
Estuvieron presentes, con los debidos cuidados sanitarios, monseñor Jorge Eduardo Sheinig, arzobispo de Mercedes-Luján, y los obispos Jorge Vázquez (Morón), Martín Fassi (San Martín), Fernando Maletti (Merlo-Moreno), Pedro Laxague (Zárate-Campana), José María Baliña (auxiliar de Buenos Aires), Oscar Miñarro (auxiliar de Merlo-Moreno) y Ricardo Faifer (émerito de Goya). También asistió el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, y representantes de los gobiernos municipales del área diocesana; religiosas y las comunidades de las parroquias Nuestra Señora de Itatí, Perpetuo Socorro y Santa Rita, y los familiares y amigos del neoobispo.
En su homilía, monseñor Ojea hizo hincapié en el lema “Apacienta mis ovejas” que monseñor Pizarro eligió, al afirmar que “hay 3 momentos claves en la vida de Pedro en los que él recibe la mirada de Jesús”. La primera, detalló, es que “Jesús lo miró y le dijo tú te llamarás Cefas, que traducido significa piedra. Lo llamó, ese llamado vocacional que has vivido tanto en tu vida ; es el primer llamado, es la vocación que hemos experimentado tantos”.
Refiriéndose a la segunda mirada de Jesús a Pedro, el prelado sanisidrense recordó que “es en la casa del sumo sacerdote, cuando Jesús va a entregar su vida; en el Evangelio de Lucas se nos dice que Jesús se dio vuelta y miró a Pedro, y que Pedro recordó las palabras de Jesús: ‘antes que cante el gallo me habrás negado tres veces’; allí en esa mirada de misericordia, Pedro descubre al verdadero Jesús, se encuentra la misericordia de él con su pecado, con nuestro pecado”.
“Finalmente me imagino en este último diálogo, después de la resurrección, Jesús pregunta sobre el amor, es la primera vez en el Evangelio”, expresó, y agregó: “Aquí es cuando hace esta pregunta: ¿Me querés, me amás? Tiene que haberlo mirado para hacer esa pregunta. Es en esta mirada en la que expresa la verdad de la misión: apacienta mis ovejas”.
Hacia el final de su mensaje, el obispo diocesano se dirigió a dirigiéndose a monseñor Pizarro y le dijo: “En este compromiso nuevo con la Iglesia, a la que vas a amar de un modo nuevo, con la que te vas a comprometer de un modo nuevo, te deseamos de todo corazón que puedas apacentar a tus ovejas con alegría; como dice el Santo Padre en Evangelii gaudium: ‘que puedas vivir la alegría el estar cerca de la vida de la gente”; que sepas que allí se encuentra el motivo de un gozo superior, dentro de lo que es la misión que abarca tanto la pasión por Jesús, como la pasión por su pueblo'”.
“Que puedas ser feliz entre tus ovejas en el apacentarlas y que vayas creciendo cada día más en el amor a esta Iglesia de Cristo que es hermosísima, bellísima, pero que muchas veces nos aparece desfigurada, difícil, compleja por nuestros pecados”, concluyó.