Mons. Ojea pidió al santo del pan y del trabajo “que mire nuestra Argentina”

En ocasión de la fiesta de San Cayetano, el obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, envió un mensaje.

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y obispo de San Isidro, monseñor Oscar Vicente Ojea, envió un mensaje a los fieles al celebrarse el 7 de agosto la fiesta en honor de San Cayetano.

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Celebramos nuevamente este 7 de agosto a san Cayetano, patrono del pan y del trabajo. El trabajo es una realidad que hace a la dignidad más profunda del ser humano, es imitar a Dios que crea”, comenzó diciendo el prelado. “Dios crea para nosotros el mundo y nos pide que lo cuidemos y que lo hagamos avanzar; por eso en el trabajo está la vocación más noble del hombre y su suprema dignidad, pero hoy esta dignidad está herida. Es una dignidad herida porque tenemos enormes problemas de desocupación, de pérdidas de trabajo, de angustias; sabemos lo que significa, nosotros los sacerdotes y quienes hemos trabajado en Cáritas, cuando los hermanos y hermanas vienen a buscar trabajo”.

El obispo de San Isidro añadió: “Esa sensación de estar desamparados, fuera de todo, en el mundo del afuera, en el mundo de la exclusión, sin pertenencia, sintiéndose poco dignos con respecto a la propia familia; por eso es sagrado el trabajo, hace a la dignidad humana y a la pertenencia a una comunidad. ¡Qué hablar cuando el trabajo es mal remunerado!, allí no se trabaja solo ya con el sudor de la frente sino también con el sudor del corazón, ¡qué hablar de algunas circunstancias de trabajo, que es el trabajo esclavo que denigra a la persona humana; en tantos sentidos tenemos herida esta dignidad del trabajo! La angustia que ha creado la pandemia de perder los trabajos también va generando que este año más que nunca pongamos delante a este intercesor san Cayetano para que cuide en nosotros el trabajo”.

Y citando la encíclica Fratelli tutti, del papa Francisco, se refirió a la mejor política, y consideró que “ayudar a los pobres con dinero tiene que ser siempre una situación provisoria, por supuesto que puede ser urgente; tenemos que acompañarlos ayudándoles a crear esa dignidad que da el trabajo”. Al respecto, agregó: “Tenemos que pedirle a san Cayetano por las fuentes del trabajo y por la capacidad de que el país pueda unirse en torno a esta realidad donde cada uno pueda aportar lo mejor de sí”.

“Hay trabajos informales, trabajos que los realizan la inmensa cantidad de hermanos y hermanas de la economía popular: el reciclado, el cartoneo, los vendedores ambulantes, las pequeñas manufacturas, ciertas obras de artesanía, tantas cosas, tantas búsquedas de trabajo para poder ganarse la vida de cualquier manera porque estamos en una situación casi desesperante en algunos puntos. Allí el papa Francisco, en su carta a los movimientos sociales, sugiere pensar en el salario universal para que sea reconocida la dignidad de estos trabajos, que muchas veces no es reconocida”.

Monseñor Ojea finalizó su mensaje con esta intención: “Pidámosle a San Cayetano, el santo del pan y del trabajo, que mire una vez más nuestra Argentina, que considere la enorme necesidad que tenemos de salir a flote a través del trabajo para todos, que podamos entendernos en este punto empresarios, trabajadores -todo tipo de trabajadores- trabajadores de la economía popular y tantos hermanos y hermanas nuestros que están desocupados. Que Dios los bendiga y que san Cayetano les dé fortaleza y esperanza para que el Señor nos regale trabajo”