Mons. Ojea: “El Señor nos invita a obrar sin esperar recompensa”

El obispo de San Isidro invitó a pedir la gracia de la humildad y a hacerlo por intermedio de María, que fue quien “no vivió para construir ni armar ninguna imagen que no fuera la verdadera”.

El obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Vicente Ojea, señaló que en el Evangelio de este domingo “Jesús, que es un gran observador ve como en un banquete hay algunos que buscan siempre los primeros lugares”.

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Esto se da de tantas maneras, no solamente en banquetes; esto de querer ocupar un lugar superior al de los demás; aquí funciona el tema de la imagen ante los demás, la importancia que tiene para nosotros mismos la imagen”, reflexionó.

“El buscar el primer lugar nos hace creer que somos superiores a los demás, entonces tomamos iniciativa en la consideración que queremos que los demás tengan para con nosotros”, agregó.

Al proseguir con su reflexión sobre el tema de la imagen, el prelado sanisidrense precisó: “Existen tres imágenes, una imagen que es la que tienen los demás de nosotros mismos y nosotros muchas veces vivimos para esa imagen y vamos construyendo esa imagen, nos importa mucho. Otra es la imagen que nosotros tenemos de nosotros mismos y también muchas veces buscamos seguridad construyendo una imagen que no es la verdadera”.

“La tercera imagen es la verdad, es lo que somos delante de Dios porque lo que somos delante de Dios es la verdad. Santa Teresa va a decir que ‘la humildad es verdad’. Por mucho que trabajemos y busquemos mejorar nuestra imagen ante los demás y ante nosotros, somos una realidad: lo que somos delante de Dios”, completó.

El obispo subrayó que la segunda parte de la palabra del Evangelio es una invitación a “obrar sin esperar recompensa, hacer cosas buenas sin esperar recompensa porque esa estrategia de decir si te hago este favor, vos me haces otro nos aleja también de la fraternidad y hace que nuestra vida sea continuamente interesada; como si fuera todo un acto de comercio”.

“El Señor va a decir ‘si das un banquete, invitá a los que no pueden pagarte, a los que no pueden retribuirte’; la clave de esto está en que el que te va a retribuir esa generosidad de haber invitado, de haber hecho las cosas sin cálculo, sin estrategia, simplemente por abrir el corazón a los demás; el que te va a retribuir, es el Señor en la resurrección de los justos, aquí está la verdadera retribución”, añadió.

Hacia el final de su reflexión, monseñor Ojea animó a pedir “la gracia de la humildad y pidámoselo por intermedio de María, que fue la que verdaderamente supo encontrar su lugar porque ella sabía lo que era delante de Dios y no vivió para construir ni armar ninguna imagen que no fuera la verdadera”.