Mons. Ojea: “Cuidarnos responsablemente es cuidar a los demás”

El obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Vicente Ojea, presidió en la tarde del martes 17 de marzo una misa para pedir por los enfermos a causa de la pandemia de Coronavirus.

La Eucaristía tuvo lugar en la capilla del Obispado de San Isidro y fue concelebrada por los obispos auxiliares de San Isidro, monseñor Martín Fassi y monseñor Guillermo Caride.

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En su homilía, monseñor Ojea pidió al Señor que “termine con la pandemia”. Desde la fe, animó, “tenemos que pedirle de todo corazón por nuestros enfermos y para que el Señor ponga rápidamente fin a este serio peligro”.

“Estábamos sumergidos en la aceleración de nuestra vida de todos los días, en nuestros ritmos que son rapidísimos y hemos sido frenados sorpresivamente por un virus. No sabemos mucho acerca de su origen y tampoco de su capacidad de mutación pero sin embargo sus posibilidades de expansión son muy grandes y nos encontramos ante un verdadero riesgo”, advirtió.

“Hemos sido llamados al cuidado y a la responsabilidad. Esto último es bueno, por eso, nos gustaría reflexionar sobre lo que puede significar este momento para todos nosotros, para todas nuestras comunidades y para todo nuestro pueblo”, expresó.

Citando a Viktor Frankl, recordó que la responsabilidad “es la contracara de la libertad”. En ese sentido, lamentó: “Somos muy irresponsables, por lo menos en nuestro modo de tratar al planeta y de tratarnos entre nosotros, esto se ha puesto de manifiesto ante distintos fenómenos como el del calentamiento global”.

“Cuidarnos a nosotros mismos de un modo responsable es la mejor manera de cuidar a los demás. La responsabilidad y el cuidado se oponen al miedo y al pánico. El miedo nos lleva a ocuparnos solo de nosotros mismos, a no pensar en los demás, a tener actitudes antisociales; el cuidado y la responsabilidad que parten del respeto y la delicadeza para con el hermano nos llevan a la solidaridad, al amor y al servicio. La clave es ver esta crisis como una oportunidad. Nos encontramos ante un serio desafío. Todo desafío tiene de un lado una amenaza que tenemos que tener en cuenta pero también lleva oculto la posibilidad de crecer como personas y como comunidad”, consideró.

Recordando la encíclica “Caritas in Veritate”, del papa emérito Benedicto XVI, señaló que debemos “llamarnos a una nueva imaginación de la caridad” y que “la caridad y el servicio al prójimo son creativos”.

“Hoy entraba a un departamento y subiendo al ascensor había un cartelito en el cual un grupo de jóvenes se ofrecía para hacer las compras a las personas mayores”, relató el obispo. “Ustedes dirán que este es un gesto pequeño pero a partir de estos gestos pequeños vamos renovando nuestros vínculos. Vínculos bastante desgastados en la sociedad que vivimos, en la que experimentamos mucho aislamiento”, señaló.

“Tal vez este nuevo modo de estar aislados pueda servirnos como una verdadera ocasión para reconstruir vínculos en nuestras comunidades”, manifestó, y aclaró que “podemos estar distantes pero unidos. Podemos estar lejos pero en comunión”.

“Hay mucha creatividad en este nuevo servicio que se nos presenta de estar vinculados con distancia para comunicarnos, para sostenernos en la esperanza y para llevar adelante muchos modos de ayuda y de compañía, podemos utilizar los medios de comunicación, las redes sociales que la ciencia y la técnica han puesto en nuestras manos, podemos experimentar a través de ellos un modo de crecer nuevo”, animó.

“Hay otro modo de crecimiento que dilata el corazón y es la capacidad de mirar para los costados, de mirar a otros hermanos que están más lejos todavía de ciertos niveles de vida en la Argentina”.

En ese sentido, recordó que “el relevamiento de los barrios populares dio más de 4.400 barrios carenciados en el país, en estos barrios viven millones de personas”. Y detalló: “A estas personas no les va a ser muy fácil estar en sus casas ya que necesitan salir para ganar el pan para sus familias día por día. En estos barrios, particularmente en la Capital Federal, tenemos, según los datos del Ministerio de Salud, 666 casos de dengue por falta de cloacas y a causa de las aguas servidas. Estos casos no aparecen tanto en los diarios porque estamos pendientes del Coronavirus pero es muy importante tenerlos en cuenta para ensanchar nuestra mirada y para crecer en nuestra capacidad de servicio”, advirtió.

“Algunas personas tienen la oportunidad en este desafío de aprovechar tiempos libres, qué bueno que los que puedan utilicen estos tiempos para la reflexión, para la lectura y particularmente, nuestra Iglesia en este tiempo especial de Cuaresma, que es una verdadera cuarentena, para preguntarnos sobre nuestro modo de vivir y sobre la necesidad de cambios en tantos aspectos de nuestra vida”, recomendó.

“El papa Francisco en la encíclica Laudato si’, nos propone el cuidado frente al paradigma tecnocrático. Allí se muestra con claridad que del maltrato al planeta y a los pobres sólo se sale cambiando estilos de vida y hábitos de consumo. La conversión debe ser muy honda y llegar a tocar hábitos culturales muy arraigados”, afirmó. “La naturaleza tiene sus límites y la ciencia y la técnica no tienen respuesta para todo, tenemos que reaprender a cuidar y cuidarnos. Necesariamente estos días nos van a llevar a una mayor austeridad y a un mayor cuidado en nuestras costumbres diarias, por otra parte como habrá menos emisiones de gas en el planeta respiraremos un aire más puro y esto tal vez nos animará a provocar cambios”, consideró.

Finalmente, destacó que “los creyentes tenemos la gran fuerza de la oración, hemos escuchado en el Evangelio la presencia de Jesús en el mundo del dolor y la confianza depositada en Él por los enfermos”, y aconsejó: “Aprovechemos este tiempo para la oración”.

“Rezar más es rezar con más amor, estamos ofreciendo esta misa por los enfermos, los que han sido afectados por el virus y por sus familiares. También queremos pedirle al Señor que alivie la crisis económica, la que estamos viviendo ya y la que se va a generar a partir de esta situación tan compleja. Queremos pedir también por todas las personas que están al servicio de los demás, los médicos, las enfermeras, los agentes sanitarios, todos los que entregan su vida al servicio de nuestros hermanos”.

“El Santo Padre con sus gestos se ha puesto delante de nosotros en esta actitud saliendo anteayer por las calles de Roma a orar en la Basílica de San Marcelo y en Santa María la Mayor. Dado que la oración dilata el corazón, rogamos que prepare nuestro espíritu para vivir este tiempo, que no nos falte la serenidad y la paciencia. En una crisis se pone a prueba la fibra más íntima de los pueblos. Que nosotros podamos demostrar en esta instancia difícil lo mejor que hemos heredado de nuestros padres”, concluyó.+