Hace muchos años atrás, descubrí que si se mira de manera permanente hacia arriba se pierde la estabilidad corriéndose el riesgo de caerse por perdida del eje del equilibrio, en cambio mirar para abajo, hacia la base de sustentación es garantía de su opuesto.
En el día de ayer, asistimos azorados a la expresión colectiva del odio en la llamada marcha del 27F. Con símbolos enraizados en una tanatopolítica explícita se pretendía dar respuesta a un fenómeno que según mi humilde juicio ya está superado, el llamado escándalo por el vacunatorio VIP. Ambas situaciones nos obligan a mirar hacia arriba, en otras épocas hablábamos de miradas estructurales. Los medios de comunicación opositores (que marcan la agenda) y los propios, que les van a la zaga, nos convocan a mirar hacia arriba y a entrar en diálogos/discusiones con adversarios o con compañeros en torno a lo que sucede allí arriba. La consecuencia de ello, según aquel descubrimiento, es perder el equilibrio, perder el eje.
¿Qué es la política? Es la negociación permanente con la realidad para modificarla, en nuestro caso, en relación a quienes son sus destinatarios, los sectores populares o para decirlo peronísticamente, los trabajadores. ¿Y dónde se produce esa negociación? En la cotidianeidad, es decir abajo, no arriba. Volver a nuestro eje, a ese que perdemos de tanto mirar para arriba, nos exige volcar la mirada a nuestro alrededor, a lo que sucede aquí abajo.
Ayer cuando observé azorado esas bolsas mortuorias con el nombre de compañeros y compañeras a los cuales se les deseaba simbólicamente la muerte, como consecuencia de aquel hecho propagandizado como vacunatorio VIP, volví la mirada hacia mi base de sustentación ante el peligro de perder mi eje y terminar pidiendo para ellos lo mismo que ellos desean para nosotros. Y cuando miré para abajo y a mí alrededor me encontré 1° con mis compañeros de la agrupación Sudeste diseñando una capacitación para agentes de salud comunitarios junto al Movimiento Evita para garantizar el acceso a la salud a cientos de Tigrenses, 2° a mi hijo a punto de obtener su título de Ing. Agrónomo laburando para mejorar y agrandar la excelente experiencia de la Huertas Cañuelenses que garantizan alimentación saludable y muy barata a cientos de vecinos de Cañuelas, 3° me encontré con Viviana Caminos que desde la RATT no para de sumar voluntades en la lucha contra la Trata de Personas y está a días de reabrir el centro de atención a víctimas de trata, todo a pulmón y sin un solo peso que no sea el de su propio bolsillo. Podría seguir hasta el cansancio, nombrando militancias que apuestan a la vida y desde la entrega solidaria construyen lo que otros pretenden destruir.
Ahí encontré la respuesta, mirando hacia abajo, no estaba arriba. Mirando arriba solo me salía salir a contestar esta agresión, solicitando represión y judicialización. Mirando hacia abajo, comprendí que la respuesta pasa por otro lado. Vacunemos a todos y todas lo antes que podamos, según vayan llegando las dosis y hagámoslo de manera trasparente y eficiente y recuperemos una economía que garantice trabajo para todos los Argentinos y el acceso a una vida digna. El secreto está en mirar desde abajo, allí se está construyendo el futuro de la Patria. Y les propongo un paso más, no solo miremos desde abajo, sino también participemos abajo, ello sana todas las heridas y nos ayuda a ser mejores seres humanos.
Por José Manuel Grima – Agrupación Sudeste – Verano 2021
