El lunes 23 de diciembre, Jabad Argentina realizó el trigésimo quinto Festival de Januca en la Plaza República Oriental del Uruguay, ubicada en Avenida Libertador y Austria.
Una oportunidad para que los ciudadanos puedan expresar con orgullo su judaísmo, sumar luz y energía y recordar los milagros ocurridos en la época del Segundo Templo Sagrado, donde pese a la oscuridad del momento, el pueblo macabeo logró volver a hacer brillar la Menorá.
“Se trata del único evento autorizado por el Gobierno de la Ciudad, de realizarse en esta Plaza, es decir que ya se hizo parte de la Ciudad de Buenos Aires”. – comentó el Director Nacional de Jabad, el Rabino Tzvi Grunblatt.
Con la presencia de destacados representantes de la comunidad y el gobierno, como la Embajadora de Israel en Argentina, Lic. Galit Ronen, el Presidente de AMIA, Sr. Ariel Eichbaum; Presidente de DAIA, Dr. Jorge Knoblovits; la Gerente de Relaciones con los Cultos, Sra. Pilar Bosca y la Subsecretaria de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, Lic. Pamela Malewicz; entre otras; el Festival de Januca presentó una verdadera variedad de opciones y atractivos para todas las edades.
Ariel Eichbaum, recordó emocionado haber venido con sus padres al primer encendido de velas, y de pequeño llevar en la memoria el sentirse orgulloso de estar en la plaza festejando como un iehudi, como un judío, en Januca.
La embajadora destacó la milagrosa supervivencia del estado de israel y agregó: “ Cuando alguien no cree en milagros, en Eretz Israel, no es realista; entonces creamos en milagros y seamos realistas. Hay cosas que son milagros, que los judíos en todo el mundo hoy en la noche, prendan velas sobre algo que pasó hace 2000 años atrás. Pero hay cosas que no son milagros, son trabajo nuestro: como ser un mejor ser humano, como ser un buen ciudadano. Cada uno tiene su tarea. Mi tarea es mejorar las relaciones de Argentina e Israel y es gracias a la voluntad de ambos pueblos, los valores comunes, los intereses, y que tenemos la colectividad judía aquí y los muchos argentinos que están allí como un puente que esto será posible. Gracias a ustedes, que me están ayudando a hacer mi trabajo”.
Al ingresar al predio, una feria con stands de comida y bebida, libros, juegos, artículos y souvenirs de judaica y Januca recibieron a los participantes.
Hacia los extremos, se pudo disfrutar de actividades deportivas, a cargo de un grupo de jóvenes entrenadores que, a través de diferentes postas, invitaron a los chicos a realizar juegos vinculados al deporte y la actividad física.
Los chicos del proyecto MOLET realizaron el taller de construcción de la Janukia Ecofriendly, un candelabro con diseño sustentable, realizada de material reciclable. El resultado final fue una Janukia de 2mts de alto que se encontrará exhibida en el hogar de Ieladeinu, el programa de la comunidad destinado a proteger a los niños en riesgo.
El festival se completó con el circo itinerante y la banda Tiembla el Mohel, junto Iair Epelbaum, quienes durante la noche se encargaron de amenizar con música típica judía y generar en el público el orgullo de pertenecer y celebrar la tradición y continuación de nuestra herencia, uniendo a través de bailes a jóvenes, adultos y mayores.
Pasadas las 21 horas, con cientos de personas en la Plaza, se invitó a encender las velas de Januca del Gran Candelabro. Con Anshil Eichbaum como Jazán, quien recitó las bendiciones pertinentes, éste fue el momento más emotivo de la noche.
A través de una simple acción, la Plaza República del Uruguay se iluminó, no solo por los candelabros, sino porque se vio a todos los presentes unidos. familias, amigos y vecinos, viviendo con entera emoción este momento que pretende llevar el mensaje de generar luz en todos los aspectos de la vida, y en las pequeñas acciones, y con esto lograr un mundo mejor.
Shlujim del Rebe provenientes de todo el país, quienes juntos realizan la tarea de ocuparse de cada Iehudí, tuvieron el honor de prender el candelabro de madera, realizado durante el evento.
“El Rebe de Lubavitch, líder de nuestra generación desde hace 70 años nos da una lección fabulosa de Januca. – comentó el Rabino Tzvi Grunblatt – Januca ocurrió en un momento oscuro de la historia del pueblo judío, donde había asimilación, los helenistas tenían el dominio y teníamos que enfrentar la aculturación greco-siria. El Rebe nos enseña, a mayor oscuridad, mayor luz. Cuando tenemos un momento de oscuridad en nuestra vida, nos encontramos con actitudes que no se condicen ni con la ética, la conducta o las leyes de la Torá y nos parece insalvable, viene Januca y te enseña que hay que poner más fuerza y energía”.
“Esto es Januca, el milagro de la luz que nunca se apaga. Y aunque el Templo de Jerusalem fue destruido, la luz del Templo sigue encendida en todos los lugares del mundo. Hoy cada Iehudí, en cada rincón del mundo, trae a su hogar la fuerza de los Kohanim del Templo, esa energía que viene desde Jerusalem que nunca se apagó y nunca se apagará”.
El acto fue organizado por el dpto de actividades de Jabad Argentina, dirigido por el Rabino Levi y Etti Silberstein, bajo la dirección del Rabino Tzvi Grunblatt.