Migraciones imperceptibles

Argentina tuvo durante su historia diferentes olas inmigratorias y algunos momentos en los que muchos compatriotas emigraron buscando mejor suerte en el extranjero. Hoy percibimos otro tipo de migración, heterodoxa, muchas veces sin la necesidad de cruzar, de hecho, la frontera.

Existen numerosas investigaciones que nos explican la trascendencia que han tenido, en la construcción de nuestro país, las migraciones. Argentina es, en definitiva, una nación forjada, en gran medida, por el arribo de ciudadanos que llegaron con la esperanza de tener una vida mejor, con más oportunidades.

A modo de síntesis se puede decir que hubo dos grandes olas inmigratorias, una durante la segunda mitad del siglo XIX y la otra a principios del Siglo XX. La mayoría proveniente de Europa. Más precisamente de España, Italia y países del Este como Rusia o Polonia. Ya en la década del 80 comenzó a tener mayor presencia la inmigración asiática, con preponderancia de Corea del Sur, China y Taiwán y de países de la región, principalmente de Uruguay. En el Siglo XXI comenzamos a recibir ciudadanos de Latinoamérica, principalmente provenientes de Paraguay, Bolivia, Colombia y Venezuela. Hubo una pequeña oleada de europeos en los años 2008 y 2009 vinculada a la crisis económica experimentada en dicho continente y una de africanos, que escaparon de los conflictos bélicos y la pobreza.
En el plano de la emigración, la década del 60 y del 70 fueron las más importantes. Los destinos que prevalecieron fueron Europa y Estados Unidos y los motivos, fundamentalmente, políticos. Durante la crisis del 2001 muchos argentinos regresaron a sus lugares de origen, de donde nacieron sus abuelos o bisabuelos: España, Italia y Francia y a países con altos indicadores de bienestar como Estados Unidos, Canadá, Israel, Australia y Nueva Zelanda.
Lo que expuesto anteriormente, repito, está en los libros. Google es capaz de devolver más de 11 millones de resultados con tan solo poner “migraciones argentina” en el buscador. ¿Pero qué pasa con aquellas migraciones imperceptibles, heterodoxas, que no llevan sello alguno en el pasaporte ni visados? las paso a enumerar:
 1. Los argentinos que emigraron involuntariamente, sin moverse, ni siquiera, de su barrio o su ciudad.
 2. Los que tienen los pies en Argentina pero la mente en otro país.
3. Los que trabajan afuera, vía internet.
4. Los que nos regalan lo mejor de sus patrias, todos los días.
 5. Los que invierten afuera.
 
Vamos a describir, una por una, estas migraciones silenciosas:
● En el primer caso nos referimos a aquellos argentinos que nacieron en Suiza, se criaron en España y ahora viven en un típico país latinoamericano, sin moverse de su casa. Lo explicamos mejor, una persona que nació en Argentina en la década del 50 lo hizo en un contexto de indicadores de desarrollo categorizables como de Primer Mundo (si es que esa categoría existiese). Desempleo menor al 5%, baja inflación, altos niveles de igualdad, niveles educativos de excelencia y mucho más. durante sus más de 60 años de vida este argentine irá experimentando transformaciones en su contexto nacional que lo llevarán a vivir en una sociedad, desigual, con niveles de pobreza de más del 30%, desempleo del 20% y expectativa de vida al nacer bastante más baja que la de la Suiza inicial.
● Más del 70% de los jóvenes de menos de 25 años está pensando en vivir en otro país, no ven futuro acá. Tienen los pies acá y la mente, allá.
● Argentina tiene alto nivel en cuanto a profesionales vinculados a varios sectores de la economía, el software entre ellos. Argentinos trabajando, vía, internet, para todo el mundo. Podría ser un sector para especializarse y generar trabajo y riqueza.
● La gastronomía peruana explota, la música brasilera en todas partes, miles de personas disfrutando del barrio chino. Profesionales venezolanos y colombianos nos enseñan algo todos los días, ni hablar de la fuerza y el conocimiento de Paraguay en la construcción. Tenemos la oportunidad de vivir lo mejor de otras culturas todos los días, en casa.
● Dicen los que saben que hay más de 400 mil millones de dólares de argentinos en el extranjero. No se puede afirmar que esa cifra sea real pero sí que ayudaría bastante que parte de esos fondos se invirtieran acá.
Migraciones silenciosas, imperceptibles. Pero que las hay, las hay.

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Gonzalo Meschengieser – Conferencista y emprendedor – Espacio Ubieto