La conmemoración de dos fechas importantes para el Pueblo Argentino, 10 de diciembre de 1948 (Declaración Universal de los Derechos Humanos) y 10 de diciembre de 1983 (Dia de la Restauración de la Democracia) vale una pausa.
La recuperación de la democracia luego de la larga noche de la dictadura cívico militar también significo la redoblar la lucha por los derechos humanos iniciada por nuestras Madres y Abuelas. Dos hitos de la historia sintetizados en un solo día. Sin embargo, luego de tantos años desde aquel acontecimiento caemos en la cuenta que mucho se ha ganado y también, que aquellos dinosaurios de los que Charly auguraba su extinción, andan por ahí vivitos y coleando. Algunos se empeñan en hacerle una gambeta a la Ley, al Juicio y castigo.
Mientras otros “dinosaurios” y cómplices renacen en pieles y cueros nuevos para legitimar, hoy como ayer, practicas genocidas. Los derechos humanos son un camino abierto, sin un punto de llegada, entre otras cosas porque el enemigo de la Libertad y la Justicia es el riñón mismo del sistema neoliberal. Recordemos que el aniquilamiento de toda una generación nació del delirio paranoico de las corporaciones para apuntalar un sistema económico neoliberal que se caía a pedazos acá y en el mundo. No nos equivoquemos, apenas ayer secuestraban, desaparecían, torturaban y asesinaban a nuestros compañeros en una orgía de terrorismo de Estado desenfrenado y hoy como en una rémora de continuidad con aquella lógica lo hacen con los pibes de los barrios populares. Lucas González presenta y representa un iceberg que como tal solo deja ver su minúscula superficie, y otros jóvenes que vienen navegando tiene un volumen mayor y con riesgo de ser vulnerados. Tenemos que ser capaces de derrotar el terrorismo de Estado. Hoy más que nunca debiéramos recordar aquel dicho popular: “cocodrilo que se duerme es cartera”. Los dinosaurios siguen moviéndose pues quieren evitar los juicios de sus atrocidades. Prestemos atención e inteligencia para que la tragedia no avance y, nuevamente sea tarde, vienen a desacreditar la democracia y a los jóvenes del Pueblo que construyen una vida digna. La defensa de los jóvenes y la Patria es posiblemente escuchar a Ráfaga en la Plaza de Mayo, y fundamentalmente interpelar a todas y todos los políticos en relacion a la Democracia y los Derechos Humanos de ayer y de HOY.
Por José Manuel Grima – Ricardo Arias – Agrupación Sudeste – Primavera 2021
