Hoy, en tiempos de una América Latina convulsionada por reclamos populares orquestados y fogoneados desde intereses económicos foráneos que pretenden hacerse de los recursos naturales, debemos recordar ese 17 de noviembre pero bajo el ejercicio de entender los desafíos de la actualidad.
Esos desafíos se enmarcan en una nueva faz de tiempos de golpes de estado de las Fuerzas Armadas, o golpes blandos, de persecuciones, y esencialmente de mucha violencia.
Sucesos de esa índole vemos en la hermana República de Bolivia, de intentos de los sectores del ¨establishment¨ que pretenden apropiarse de los recursos naturales.
Bajo este presente la palabra militancia debe resignificarse dejando atrás la resistencia para recuperar la democracia, para caminar hacia el ejercicio democrático más profundo que consolide los procesos electorales e institucionales, desterrando desde propios y ajenos cualquier práctica que bastardee al gobierno de todos, que sin lugar a dudas eso es la democracia.
De lo contrario, habremos de estar dando herramientas a los sectores concentrados de la economía para deslegitimar a la política y con ello a quienes la administren.
Con el triunfo de Alberto y Cristina en la Nación; Axel y Verónica en la Provincia y Ariel en Escobar, la lucha está más viva que nunca, y la militancia que ha sido la herramienta determinante para ganar, que logró ese ansiado objetivo debe entender que tan solo fue un paso, y que ahora viene un proceso complejo del que se le requerirá mucho en la defensa de la democracia, los recursos naturales de todos, los derechos de los trabajadores, para lograr la dignidad del pueblo, su felicidad y la grandeza de la patria.
Por Nicolas Serruya – Concejal Unidad Ciudadana Escobar
