El Equipo de Sacerdotes de Villas y Barrios Populares de la Ciudad y el Gran Buenos Aires reclamó hoy una mayor presencia del Estado en los barrios vulnerables, donde está “pegando fuerte” el coronavirus, y advirtió que “se vienen momentos muy duros en lo social”.
Así lo afirmaron en una declaración titulada “Aniversario del padre Carlos Mugica y el impacto del coronavirus en las villas y barrios populares” que se difundió esta mañana a través de las redes sociales, en el marco de una oración que realizaron los sacerdotes al cumplirse el próximo 11 de mayo 46 años de su asesinato.
“Necesitamos que el Estado actualice su presencia en los barrios vulnerables de acuerdo a las diferentes cuestiones y las dificultades que se presentan, la seguridad, la salud, la educación y las limitaciones de conectividad en estos lugares”; advirtieron los curas en la declaración.
En ese marco, señalaron que el coronavirus “está pegando fuerte en nuestros barrios”, denunciaron que “hay lugares con serios problemas de falta de agua, como la villa 31” y advirtieron que “se vienen momentos muy duros en lo social.
La celebración religiosa -que se realizó frente a la tumba de Mugica en la parroquia Cristo Obrero de la Villa 31, donde está enterrado- se adelantó unos días, ante el “significativo aumento del contagio de coronavirus en nuestros barrios”, según indicaron en un comunicado de prensa.
“Hacemos un pedido a los distintos estamentos del Estado para que ajusten mucho y en concreto su presencia en nuestros barrios”, reclamaron desde el equipo que integran -entre otros- los sacerdotes José María “Pepe” Di Paola, Guillermo “Willy” Torre, Lorenzo “Toto” De Vedia, Franco Punturo y Gustavo Carrara, obispo auxiliar de Buenos Aires.
Con tapabocas y respetando la distancia social, los curas realizaron la oración y leyeron la declaración, en la que aseguran que los habitantes de esos barrios “aceptan la buena decisión del Gobierno Nacional de hacer cuarentena y valoran las decisiones en favor de los que más sufren las consecuencias que van apareciendo”.
“La realidad se nos vino encima. Hay temas en los que no podemos seguir esperando su solución”, cuestionaron, y ejemplificaron con lugares con “serios problemas de falta de agua, como la villa 31”.
Asimismo, advirtieron sobre “la situación del hacinamiento y abandono en las cárceles”, sobre “despidos arbitrarios”, pidieron que “se favorezca el acceso a los subsidios habitacionales” y solicitaron un aumento del Ingreso Familiar de Emergencia “en cuanto al acceso a la compra de alimentos y medicamentos”.
“Nos hace bien ver cacerolas que con amor alimentan y dan esperanza y no cacerolazos que dividen e infunden miedo al otro. Las cacerolas de los pobres, como todo lo que surge de ellos son para cuidar y sostener la vida”, agregaron, al referirse así a las últimas protestas en algunos barrios porteños.
Mencionaron también en el texto que “muchos chicos no pueden hacer la tarea de la escuela, a pesar del esfuerzo de los docentes”, al tiempo que mencionaron como “preocupante la realidad de nuestros adultos mayores y de los que tienen determinados problemas de salud”.
“Hace más de 50 años, Carlos Mugica y sus compañeros fundaron el Equipo de Sacerdotes para las villas. Hoy los curas y las comunidades de nuestros barrios coordinamos esfuerzos para el bien de los vecinos, especialmente aquellos que más necesitan”, concluyeron.